Sin miedo al dolor {Tom Fletcher y tú} [PAUSADA]

Capitulo 8

P.O.V ___

Al despertar, te diste cuenta que era más pronto de lo que imaginabas, el sol aun no salía. Eran las siete de la mañana, fuiste al baño te diste una rápida ducha y saliste de la habitación.

Al llegar a recepción, para dejar las llaves te preguntaron si ibas a desayunar, pensaste que no estaría mal, pero Sin duda no querías abusar.

- Señorita... - Te giraste. - esto es para usted, el chico que venia ayer con usted nos dejó esto...

Cogiste el sobre y saliste del hotel. Un señor te abrió la puerta, fuera el día no era exactamente caluroso ni soleado, al contrario, hacía frío y habían unas nubes que amenazaban claramente con dejar caer unas cuantas gotas.

Aun con el sobre en la mano comenzaste a caminar al parque que había delante del hotel. Al llegar te sentaste en un banco y miraste el sobre. Le diste la vuelta y lo abriste. Dentro una tarjeta de crédito y una nota que decía:

"Posiblemente no aceptaras, pero quiero que te quedes esta tarjeta y que hagas cm ella lo que te de la gana. ___ no seas cabezota te lo pido por favor, quédatela."

P.O.V Tom

Estaba en casa, Gi se había marchado de fin de semana con su hermana, hacia mucho tiempo que no pasaban tiempo juntas. Tan solo eran las nueve de la mañana, estaba aburrido de ver la tele, no hacían nada.

Me levante del sofá y camine a la cocina para desayunar, pero pensé que antes seria mejor ducharme. Subí las escaleras camino al lavabo de mi habitación.

Había salido de la ducha hace unos segundo y iba a la habitación a por mi ropa, pero el timbre comenzó a sonar. No pensé que fuera importante así que saque rápido la ropa de mi armario, pero la insistencia de la persona que estaba fuera de mi casa era irritante. Con una toalla a la cintura baje las escaleras para abrir la puerta.

P.O.V ___

Despues de leer aquella estupida nota, supiste que a Tom no es que le interesaras como amigo, no, lo que sucedía era que le dabas lastima. No sabias como habías podido ser tan tonta al no darte cuenta de aquello.

Sin control por tus actos caminaste des de aquel parque a casa de Tom.

Después de perderte un par de veces por las calles, ya que tan solo habías ido una vez, diste con aquella gigante casa de color blanca. Respiraste ondo y llamaste al timbre, nadie abría. Por un momento te paraste a pensar que pasaría si GI abriera la puerta, pero aun que te cabeza pensaba eso, tu dedo seguía apretando el botos del timbre.

Unos minutos después de insistir e insistir te abrieron la puerta, pero no de la forma que tu esperabas.

Tom estaba casi "desnudo" tan solo le cubría una toalla de color blanca. Aun que ver su tatuaje y obviamente verle sonreír te había encantado, no pudo contener tu rabia contenida.

- ¿¡Se puede saber que es esto!? - Le preguntaste enseñándole la tarjeta.

- Una tarjeta... - Resplndio con una sonrisa.

- Tom, soy una vagabunda si quiero caridad me paro a pedir y que yo recuerde no te e pedido nada ¿no? - Tiraste la tarjeta al suelo.

- ¿Por qué te pones así? -Preguntó frunciendo el ceño.

- Yo no quiero dar pena a nadie Tom. Pensé que habías empezado a hablarme por ser mi amigo no por que te diera lastima mi forma de vida. No necesito de tu dinero... - Diste media vuelta y comenzaste a caminar. Sabias que a lo mejor era la ultima vez que le veías.