Capitulo 3

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P.O.V Tom

 

No tenía intenciones de soltar a ___, aun que ella tampoco parecía oponerse. El silencio nos rodeaba. Solo existíamos ella y yo. 

—De nada...— Le dije, aun sonriendo.

—¿Que? De...De...¿De que estas hablando?

—Te he salvado la vida... Otra vez.

—¿Perdona? ¿Otra vez? Creo que te equivocas de persona superheroe— Dijo dando golpecitos en mi pecho con su dedo. 

—No podría olvidarme de ti, eso seguro.

Mirándome a los ojos con firmeza y con un brillo que despertaba curiosidad por saber que había pasado en su vida. Logró separarse de mi, sin que yo me diera cuenta. En ese momento de bloqueo ella se agachó y recogió su plato. 

—¿Aún no has cenado verdad?

—¿Te importa acaso?...

—Quiero invitarte a cenar, así que, sí, me interesa.

—A mi no me interesa cenar con un estirado como tu, así que puedes seguir tu camino, a tu casa de niño pijo y creído.— Se levantó y me miró con una sonrisa irónica en su rostro.

Ignoré sus tonterías, me rendí. Seguí mi camino.

P.O.V ___

Tom desapareció entre las calles y la oscuridad de la noche. Tú aún seguías en el callejón, intentando comer algo. Toda la comida se había caído por el camino, mientras escapabas, y la otra mitad estaba en el suelo, pero eso era lo menos importante. Comiste lo que se veía mas limpio y lo demás lo dejaste ahí. 

Al terminar, saliste del callejón como si nada. Tenías que encontrar a tus amigos, básicamente por que necesitabas fumar, beber... Necesitabas olvidar un poco. 

Caminado entre las calles en la soledad y la oscuridad, a tú memoria llegan vagos recuerdos de cuando vivías con tu familia, la de verdad. Recuerdas esos momentos de risas y felicidad con tu hermana. También recuerdas los malos, como las discusiones con tu hermano y tu padre o cuando tenías que curar a tu madre por que tu padre se había vuelto a emborrachar y le había vuelto a pegar. 

Llorando, llegas a la antigua casa donde estabais de ocupas. 

La puerta la abre Liz, a la cual no veías hace meses. Alta, morena, ojos oscuros, y mas o menos tu edad. Lleva en la calle mucho mas tiempo que tú, es huérfana, a los 12 la echaron del convento donde estaba por robar una botella de vino. Una tontería, pero a las monjas no pensaron igual.

—___...!—Cuanto tiempo... ¿Donde te has metido?— Te abrazó.

—Por aquí y por allá... — Sonreíste. Entrasteis en la casa.

Todos, unas 15 personas estaban en la sala principal, sentados en el suelo, o en uno de los sofás rotos encontrados en la calle. 

— Pero mirar quien se a dignado en venir...

—¡___!

Todos estaban sorprendidos. Suponías que se pensaban que estabas muerta, o  aun peor, en la cárcel, ya que la ultima vez que os habías visto había sido escapando de la policía. 

—¿Que te trae por aquí pequeña?— Te dijo Lucas.

—Ya lo sabes...— Dijiste sonriendo.

—Es verdad, nunca me has querido por nada mas. Venga siéntate, ahora vengo.

Te sentaste en el sofá junto a todos. 

Lucas apareció por la puerta, con una cerveza, se acercó a ti y te la dio. Después de esa, fuiste a por otra, y luego otra y otra... Y así, hasta no recordar nada.

Sin miedo al dolor   {Tom Fletcher y tú}    [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora