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― Parte 2―

Ganar una competencia con una medalla de oro era algo de lo que JinYoung se podría regocijar en la soledad de su habitación, fuera de ella, solo escuchaba y agradecía por los elogios que recibía de parte de todos los promocionadores que habían terminado curiosamente en una simple competencia estatal. Sin embargo, tener que escuchar como los entrenadores de los demás chicos se quejaban por la edad y preferencia que se había creado por el equipo de JinYoung era un problema. Un problema más grande de lo que seguía siendo tener problemas para que su salud colorectal lo hiciesen caminar como un pingüino y las arcadas que no se habían ido desde que dejó del podio.

MinYoung le había dejado tiempo libre entre cambiar su ropa y equipaje en su departamento, y regresar a una conferencia que deseaban tener con todo el equipo que se instruía en el gimnasio.

Tiempo suficiente que SoRa tomó.

― Entonces, ya eres un campeón estatal. ―murmuró SoRa apenas con aliento―. Ese es mi Younggie.

Los labios hinchados de la mujer se posaron en el hombro desnudo de JinYoung, rondando las yemas de sus dedos alrededor de su espalda y brazos, delineando los músculos marcados que encontraba en el camino.

JinYoung se sentía asqueado de sí mismo, de la situación y de lo poco ético que resultaba cuando lo primero que hacían en las competencias era vanagloriarlo junto a una de sus principales entrenadoras, con la que llevaba acostándose desde que ella fijó su vista en él. Las náuseas descompusieron una vez más su estómago, su ánimo, y sus sentimientos encontrados por lo que hacía allí.

Un año y medio acostándose con una entrenadora que tenía conexiones con todas las personas importantes de la gimnasia en la mitad de Asia.

Debía de estar loco si creía que eso no podría ser perjudicial en algún momento.

― Quiero volver con los demás. Van a preguntar porque no estas con ellos y el porque he tardado tanto. ―JinYoung apartó las manos de la mujer, levantándose y huyendo de ella, encerrándose en el baño.

Escuchó los pasos siguiéndole y, que pronto quedaron a un lado de la puerta que había cerrado en las narices de SoRa, esperando que ella entendiese la clara indirecta.

― Seguro estarán ocupados. Uno de los patrocinadores de ropa deportiva se impresionó contigo, y un poco con Taek. Estoy segura de que todos estarán ocupados aun con el contrato que les conseguí.

Allí estaba de nuevo la manera en que lograba mantenerlo pendiendo de sus dedos.

SoRa llevaba años jugando con la imagen pública de JinYoung, incluyendo su imagen de atleta profesional para los entrenadores olímpicos que, únicamente se centraban en los jóvenes más aptos para entrar en los equipos nacionales para las olimpiadas; no por nada Kang SoRa había llegado a ser parte del equipo nacional algunos años atrás, cuando aún era una mujer joven que no había tenido ningún problema con un hueso roto que había condenado su carrera.

En ese momento, se había fijado en JinYoung como su nuevo objetivo para llevarlo a los nacionales como su prodigio que salvaría de ser olvidado. O, esa había sido su intención principal.

― Me ducharé ahora, vete a casa. ―sentenció JinYoung, abriendo los grifos de la ducha.

El silencio se hizo presente, acompañado por el enérgico sonido del agua corriendo en la ducha.

― ¿Sabes? Eras mucho más cariñoso cuando apenas y podías subir a los aros sin resbalar.

SoRa se había metido en la ducha, tocando todo lo que JinYoung trataba de alejar de ella. Esa mujer era extremadamente demandante para el gusto del gimnasta, no bastaba con que fuese una de las entrenadoras más severas y gruñonas, para complementar su hermoso comportamiento de una arpía de primera, había logrado hacer que Park no encontrase manera alguna de negarse a todo lo que ella había dicho en ese año y medio que llevaban en su extraña relación.

Jackpot [Bnior / JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora