Blanco Y Negro

Cap. 1

Cuentan que los lobos salvajes están extintos ¡patrañas! Eso no es verdad. Eran muy fuertes como para hacerlo. Mientras el clan de los lobos blancos sigan concibiendo omegas, los lobos salvajes no se extinguirán.

- ¿y eso porque es abuela?

¿Eso? Pues está en la leyenda de los cadejos. Mientras el blanco siga existiendo el negro también lo hará. Aunque algunos dicen que si se encuentran llegan a entablar batallas feroces por lo fuertes que son, pero eso no es todo ¡ambos están destinados a estar juntos! Los cadejos negros nos cuidan como fantasmas, como si fueran espectros escondidos entre nosotros, podría ser cualquier persona, se ocultan entre las sombras, a veces haciendo fechorías, matando y descuartizado, por eso se le asocia con el mal y cuando hay luna llena, a nosotros los lobos blancos, rojos y grises tenemos que escondernos porque rondan en su verdadera forma de lobos negros.

-¡ellos también pueden transformarse!

¡Si! ¡Ellos pueden!¿No es maravilloso? Antes en la antigüedad todos podíamos, hasta los lobos grises, pero por extrañas razones ya no podemos transformarnos en nuestra verdadera naturaleza, pero los lobos negros pueden, tal vez porque aún están muy asociados a la naturaleza y se esconden dentro del bosque aún alabando a la madre tierra, hemos olvidado nuestros orígenes. Pero tú, un omega de la última familia de los lobos blancos, los Salvatore, no debe olvidarlo, verás, mi abuela me contaba que nosotros, los omegas lobos blanco tienen que estar con un lobo salvaje, es su destino, pero ningún omega de esta familia se a encontrado con uno, por ello nos hemos extinto hasta este punto

-¿extinto abuela? Pero si estamos tu, mi abuelo y yo,

Querido, yo ya soy muy vieja, no puedo engendrar más niños, desgraciadamente tu madre no me dio más nietos, ahora serás sólo tu, debes de comprender que eres muy fuerte y te alimento de esta forma porque conservas la sangre antigua digna de estar con él, todos los omegas de esta familia se han alimentado así, hasta yo sigo haciéndolo.

- la-la carne de alphas ¿tengo que seguirla comiendo?

Así es mi niño, no dejes que un ser inferior te haga su pareja ¡tu mereces estar con un alpha más fuerte que tu mismo! Recuerda lo siempre cariño, tienes que estar con un lo...

_______________________________________

Esa noche era especial como siempre.

Una nueva presa.

En lo profundo del vasto bosque, la bestia vestida de blanco tan esplendorosa y sublime, su blanco pelaje revoloteaba con la brisa fría de la noche, de su hocico chorreaba sangre fresca, se escuchaba los huesos romperse bajo sus patas.

Pronto escuchó el sonido entre las hojas de los árboles, no era el viento, tampoco eran sus obvias ondulaciones de energía que emanaba, estaba seguro que era otro ser opuesto, lo cual era extraño.

Y lo que encontró es lo que esperaba. Una mano de pelaje negro y enormes garras filosas con trozos de carne atrapados en ellas se apoyó en el tronco de un árbol.

Un pelaje oscuro revoloteaba, un misterioso ser de dos metros le gruñía y mostraba sus colmillos, que al igual que el, su hocico estaba chorreando de sangre fresca, pero la roja sangre no se lograba apreciar por su negro pelaje, un aroma diferente provenía de él.

Sangre de omega

Y algo más...

Algo más exquisito... Sangre pura...

Si... Sangre pura de alpha.

Pensó.

La apariencia de ese lobo era algo que nunca antes había visto, era justo como esos cuentos que los adultos le contaban a los niños antes de dormir.

Dentro de él sintió una chispa llameante que recorría todo su cuerpo, era algo que nunca había sentido.

Pronto comenzó una escena de intimidación de ambas partes.

El blanco deseaba devorarlo, sentir su carne en su lengua y en sus filosos dientes y saborear esa espesa sangre que salía de dolorosas marcas de garras en sus brazos y espalda.

Pero de alguna forma el monstruo de negro pelaje no siguió, al contrario, comenzó a rodearlo lento y curioso, se agachó a la altura del lobo blanco, caminaba en cuatro patas, y comenzó a olerlo.

El blanco solo seguía gruñendo, pensó que el sería su próxima cena tal como el pensaba del contrario.

Pero el negro sólo agachó su cabeza y mostró su cuello en muestra de sumisión hacia el blanco, para que se diera cuenta que no estaba tratando de hacerle daño.

El blanco solo lo olio un poco y luego apartó su cabeza y prosiguió su camino.

Tal vez el negro sabía que lo rojo que manchaba su puro pelaje era sangre de un alfa.

Habían arruinado su cena al final de la noche, salió del bosque.

Pronto su forma lobezna cambió a la apariencia de un hombre adulto de apariencia fuerte e intimidante.

Se acercó al elegante auto aparcado a un lado y sacando la llave debajo de una piedra abrió la cajuela, procediendo a vestirse, para al último acomodarse su saco oscuro y colocarse sus zapatos.

Abrió la puerta, subió y arrancó su auto.

_______________________________________

El clan Salvatore era dueño de la mística y pura sangre de los lobos blancos, actualmente solo habían dos personas con la sangre pura, además de varias ramas y sub-ramas de dicho clan.

Esas dos personas eran Claude Salvatore y Jade Salvatore. Ambos eran abuela y nieto.

Pero últimamente el matriarca era muy viejo y además estaba enfermo.

Solo se la pasaba en cama contando sus días.

Y Para el inicio de año, el último gran matriarcado murió, su tiempo de vida de 200 años había pasado viéndose como un hombre de 40 años.
Y así dejando como único heredero de todo a su único nieto y portador de la pura sangre, dejando sin un solo dólar a su esposo, el cual se veía como un anciano de 70 años.

A nadie le agradaba ese tipo de trato, menos viniendo de alguien que era cruel y siniestro, el cual era Claude y ahora Jade.
Y con la muerte de su abuela se fue de la mansión Salvatore y habia comprado un departamento para no tener que tratar con el anciano.

Pero ahora el abuelo de este había buscado un alpha con el cual enlazarlo y apresarlo para siempre a sus caprichos y merced, hasta el día de su muerte.

Esto no era de ningún agrado para Jade, el cual había cumplido la edad de 30 años, la suficiente como para hacerse con todo con lo que tanto trabajo le costó a los omegas dominantes de su familia.

Jade no aceptará a cualquier alpha.

El tenía una misión.

Su abuela se encargó de inculcarle siempre lo mejor, y se aseguró de que su único heredero tuviera esa mentalidad.

El sin duda seguirá su línea de sangre con el más fuerte.

El tendría un bebé de alguien más fuerte que el, sin duda alguna. Y al parecer lo había encontrado.

Pero ahora se encontraba en una cita a ciegas con ese hombre.

Un alpha del clan de lobos rojos, su amigo Xavier le había contado que el era alguien poderoso en su manada, además de ser un posible candidato para ser sucesor de industrias Antonio.

Pero todo eso le sonaba a nada. Un alpha era un alpha. Ni más ni menos.

Así que ahora estaba en aquel restaurant lujoso de 5 estrellas, reservando todo el lugar para no tener ningún rumor rondando de que sale con alguien, viendo a un alpha de cabello rojo hablar sobre si mismo, sus posesiones y su vida.

Jade miraba de reojo al reloj de su muñeca, se sentía insatisfecho, su presa de ayer no lo había saciado del todo gracias a que lo habían interrumpido.