NOCHE ROJA

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Pero el amor es egoísta; cuanto más ardiente, más egoísta.


Él cuerpo aun humano del joven Kouki se hallaba descansando en una fina cama con decoraciones finas y llenas de color rojo.

Rojo como la sangre derramada.

Rojo como la ira.

Rojo, el rojo siempre ha caracterizado y lo hara por siempre ha Seijuuro.

Él rojo era su color.

Seijuuro estaba sentado frente a la cama observándole como quien espera a que él filete este listo.

Kouki había sido debidamente tratado, todas sus heridas limpias y casi curadas, vendadas sin rastro de sangre.

Seijuuro podía esperar mas, aun sabiendo que en su mundo él tiempo corría mas lento, empero esperó.


Kouki de a poco abrió los ojos, su cuerpo se sentía tibio pero acartonado.

Sus ojos no se acostumbraban a la luz, había demasiada luz.

Y él calor, aunque no era sofocante, se pegaba a su piel traspasandolo todo y asfixiando su cordura.

¿En donde estaba?

Lo último que recordaba de antes de abrir los ojos era el frío que se derramaba de sus venas.

La muerte.

Se sentó entonces en una superficie que se le hacía muy cómoda ¿Una cama?

-Veo que por fin estas despierto... Kouki-

Kouki se exalto por la frialdad de la voz que escuchaba, como ases de hielo que se incrustaban en su piel y le derretían él alma.

¿Le derretían?

Se armó de valor y levanto mas la vista, teniendo frente a el al pelirrojo, imponente con un kimono blanco

-Debes venir conmigo y amarme hasta la muerte; o debes odiarme, pero seguir conmigo y odiarme a través de la muerte y después de ella-

El camino esta lleno de sangre de los condenados, y de esa sangre han brotado esos hermosos botones rojos que florecen solo cuando el inocente camina sobre ellas

Akashi Seijuuro en sus milenios de vida solo una vez las ha visto en floración.

Estaba en medio de ese gran pareo cubierto de botones de flores del infierno, cuando una a una se abrían.

Levanto la mirada y a lo lejos le vio.

Caminaba perdido, cual niño. Puesto que; en efecto, era un niño.

¿Como podía un infante de pronto perderse en el infierno si se supone que estos son almas de Dios?

La pregunta fue contestada en cuanto el pequeño estuvo a su lado.

Un sacrificio

-Su ropa es muy impresionante, señor. ¿Me podría decir donde estoy?-

Akashi Seijuuro por primera, y espera; última vez, queda asombrado.

Su aspecto es regio, porte absoluto y poder innegable. Su aura indica peligro inmediato.

¿Entonces porque?

La respuesta esta en un collar que aparece de la nada en su cuello y mientras cae en sus rodillas a las flores, llenando su inmaculada ropa de la sangre roja, se da cuenta en cuanto el niño le dice...

ARRASTRAME AL INFIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora