Capitulo 3

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Naruto estaba caminado por las calles de Temiscira, algunas amazonas murmuraban al ver al muchacho con gran terror.

En cambio el observó el cielo en donde podía ver a Garuda volar en círculos indicando el paradero de donde se encontraban los niños.

De pronto comenzó a sentir como la temperatura de su cuerpo comenzaba a subir al igual que un gran ardor sobre sus ojos, a tal punto en el cual pensó que estaba comenzando a tener alucinaciones ya que al ver a una distancia algo larga observó como Hagoromo y su hijo mayor Indra estaban viéndolo, pasaron unos cuantos segundos hasta que algunas mujeres pasaron bloqueándole la vista por unos cuantos segundos y después ya no había nadie y con ellas sus ancestros habían desaparecido.

-(¿Qué demonios fue eso?)-. Pensó Naruto, aún confundido por lo que acababa de presenciar hace apenas unos momentos.

Tratando de ignorar eso por ahora, retomó la caminata hasta estar frente a la reina de las amazonas junto con su escolta y los niños esposados.

-Supongo que tú eres el encargado de estos niños-. Dijo la reina, de forma amable al ver que Naruto llevaba sus manos en sus bolsillos y llevaba una cara despreocupada.

-Por desgracia si ellos vienen conmigo, al igual que el dueño de una Katana oscura que me fue arrebatada es mi propiedad así que será mejor que me la devuelvan-. Dijo Naruto, sin ninguna formalidad algo que hizo que la mayoría de las guerras fruncieran el ceño por cómo se dirigía a su amada reina.


-¿Katana? No tenías ninguna arma cuando los encontramos, y más vale que le hables a la reina con algo más de respeto-. Dijo una de las amazonas, levantando su arco y disparando una flecha directo al corazón de Naruto.

Mara al ver eso pensó que Naruto haría alguna de sus habilidades o atraparía la flecha de forma sencilla.

En cambio Garuda descendió con astucia atrapando la flecha y descendiendo sobre su hombro.

-Bajen sus armas, no querrán iniciar una guerra en contra de mi, en serio lo último que quisieran sería provocarme, así que nos dejan ir, no intentan algo estupido yo prometo que no los asesinó y cada quien por su lado-. Dijo Naruto, tratando de permanecer calmado pero por dentro apenas y podía mantenerse despierto o en pie.

Las amazonas estaban al tanto de cualquier movimiento brusco que el muchacho pensara en hacer lo asesinarían.

-(Deja que yo me ocupe de esto será más fácil)-. Escuchó la voz de Hagoromo, sonado de eco en su cabeza.

-(¿Qué rayos estás haciendo aquí?, Tú ya estás muerto, además no soy alguien que comparte bien...en especial si eso se trata de mi espacio personal así que lárgate)-. Pensó Naruto, sumamente molesto elevando su Chakra a un gran nivel, logrando intimidar un poco a las guerrera y logrando su objetivo.

-Ustedes 2 nos vamos, ahora-. Dijo Naruto, con su Sharingan activo para segundos más tarde nublarse su mirada y caer inconsciente.

Al ver que el muchacho llevaba unos cuantos minutos en el suelo, la reina camino hasta a el y checo sus signos vitales.

-¿Eso es normal?-. Pregunto la reina, mirando algo intrigada a los niños, los cuales sólo encogieron sus hombros.

-No lo sé/No tengo tanto tiempo conociéndolo-. Dijeron los niños, sin mucha preocupación.

-Mi reina, ¿Qué es lo que deberíamos hacer con los hombres?-. Pregunto Artemisa, viendo a Damian y a Naruto que estaba en el suelo.

-Esto será divertido, no he tenido un calentamiento adecuado en días-. Dijo Damian, tronándose sus dedos y colocándose frente a Naruto en forma de protección.

El Manto de la Capucha Roja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora