Cap 3

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Aquella carcajada había alertado a los demás supervivientes los cuales no tardaron en llegar a aquel lugar solo para ver a un castaño en el suelo y con la vista perdida y a un anciano el cual daban por perdido.

Pacífica y Wendy se acercaron rápidamente en auxilio de dipper mientras stanley y Mabel al más anciano en un abrazo y algunas lágrimas.

Con ayuda volvieron a lo que alguna vez fue "la cabaña del misterio" y que ahora parecía una especia de hoteleria miniatura y en ruinas y se adentraron, dipper fue llevado a la sala en la cual fue interrogado por Wendy, pacífica y su novia Mabel, mientras tanto en el comedor sentaron a Ford y stanly y un pequeño colado rubio.

-lamentamos no haber podido ir a salvarte- comentó stanley rompiendo el silencio incómodo dirigiendo su vista al pelo del rubio

-es la mejor decisión que pudiste haber tomado- contestó Ford mientras colocaba un brazo sobre el hombro de su hermano gemelo y le sonreía

Ambos se sonrieron mutuamente y miraron a los ojos hasta ser interrumpidos por aquel pequeño el cual jugaba con la nariz de stanly.

-valla valla este pequeño creció mucho- comentó entre pequeñas risitas Ford

-es un travieso consentido- le respondió stanley mientras alborotaba los rubios pelos del pequeño

Mientras los gemelos mas viejos seguían comentando y riendo los más jóvenes en la sala se encontraban preocupado, Mabel yacía sentada frente su hermano, con una mano en su pierna y la otra con la de su novia, Wendy al lado de dipper acariciando su espalda y dando alientos.

-algún día tendría que enterarse, no?- respondió dipper cubriendo su cara con sus manos intentando evitar salir las lágrimas

-bro bro, conocemos a Bill, es capaz de hacer muchas cosas pero no de dañarte a ti- respondió mabel intentando alentar a su hermano

-tal vez a mi no pero qué hay de mi pequeño, Sebastián, necesito protegerlo...es lo que más amo en esta vida- susurro aquello último y limpio alguna lágrimas

Todos voltearon a ver el marco de la puerta de la sala y el pequeño se acercaba a ellos, dipper rápidamente limpio sus lágrimas y fingió una sonrisa para ir a recibir a su hijo con un abrazo.

-bueno pequeño, es hora de ir a la cama- comentó dipper mientras tomaba al pequeño entre sus manos y este soltaba un pequeño bostezo- despídete de todos tus tíos y tías- dijo un dipper alegre

El pequeño con sus manitas se despidió de todos los presentes y dipper lo dirigió a él cuarto que compartían, ahí mismo lo recostó y arropó acariciando su pelo hasta estar seguro que se encontraba dormido, miró por la ventana, la luna lo miraba, iluminaba aquella habitación oscura, frente a él apareció de nuevo aquel rubio que no quería ver.

-porque nunca me dijiste?- pregunto el rubio, su tono notaba tranquilidad mientras se acercaba a la cuna del pequeño y lo veía dormir

-comenzaste el raromagedon y todo se salió de control, tú...no eras el mismo- decía el joven castaño algo avergonzado dirigiendo su mirada a otra parte

-acaso pensaste en mi?, te preguntaste como me sentiría con todo esto?- le grito algo frustrado el demonio haciendo que le joven dirigiera su vista a él también en una forma imponente

-cada día!!- le respondió en otro grito y luego se tranquilizó mientras unas lágrimas salían de sus ojos- cada maldito día qué pasó desde que me entere, en cambio tú, no notaste como al principio me comporté distante y luego como estaba alegre, acaso alguna vez tú pensaste en mi?, alguna vez te importé?, solo tenia dieciséis años...solo dieciséis cuando él nació- respondió y gritaba entre lágrimas dejando atónito al demonio el cual dudaba si acercarse o quedarse en su lugar

-todos los días te pensé, te busque y te ame, lo sigo haciendo no lo dudes- le respondió mientras a pasos pequeños intentaba acercarse

-y entonces porque diablos no paraste todo esto cuando aún pudiste?, Sebastián hubiera crecido en un lugar hermoso, lleno de luz, en cambio creció entre dolor y penumbras- le respondió pero sin alejarlo

-mi plan siempre había sido este, un lugar en donde la locura predominara y tu y yo reináramos, si me hubiera enterado que es estaba apunto de existir...- intentaba decir bill haciendo que dipper lo mirara con enojo

-lo hubieras detenido- le reclamos- no hubieras echo nada?, creo que ya se, hubieras echo algo para que dejara de existir, Bill, yo no sé si alguna vez me amaste como yo lo hice por ti- decía dipper entre lágrimas viendo como el demonio estaba cada vez más cerca

-incluso más- le susurro haciendo al castaño abrir sus ojos

-fui capaz de traer al mundo a tu hijo- le mencionó mientras sentía como los brazos del demonio lo rodeaban

Sintió aquel calor el cual tanto añoraba volver a sentir, aquel reconfortante latir del corazón del demonio, aquella paz en su alma.

-reinemos juntos dipper, criemos a aquel pequeño juntos- le decía mientras acariciaba el cabello castaño del chico

-cambia...remedia todo esto y tal vez aquella flama la cual una vez sentí por ti vuelva- termino de decir

Dipper se alejó de los brazos de aquel demonio y pellizcó el brazo derecho despertando de aquel sueño no sin antes dedicarle una cálida sonrisa al demonio; dipper despertó con un grito seco, miró a sus alrededores, se encontraba sobre su cama, sin aquel demonio en su vista, su pequeño aún dormido, suspiro sin saber qué atreves de aquella ventana seguía siendo observado, la luna iluminaba el cuarto.

-cariño estás bien?- se escuchó tras que alguien abriera la puerta

Ahí lo vio, Bill se sorprendió, dipper estiró sus brazos en señal de querer acercar a aquella persona en un abrazo y los puños de Bill se hicieron presentes, no podía soportar ver a otro hombre ocupar su lugar, en qué momento había pasado esto?, porque su amado pino era tocado por otro joven?.

-cariño seguro que estás bien?- volvió a preguntar el joven insistente ante la actitud de su pareja

-mejor que nunca- respondió sonriente mientras abrazaba la cintura de su novio y escondía su rostro en el pecho de este.

Después del raromagedonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora