❝Jungkook es un estudiante, el cual sufría de mucho estrés, ya que vivía solo y tenía que cubrir sus propios gastos. En la escuela no le iba muy bien que digamos, así que tenía que dar el doble de esfuerzo para poder subsistir, debido a esto cada no...
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"Todos estamos condenados a vivir un infierno, pero si tu estás en el mío, se convierte en el maldito cielo..."
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Varias noches pasaron, noches en las cuales Jungkook descansó. Se había sorprendido por tal hecho, hace meses que no podía dormir sin que la parálisis se apareciera.
Era el cuarto día de la semana, jueves, se encontraba en su trabajo, no había tanta clientela, así que yacía descansando, recargado en los casilleros para los trabajadores.
Miró la hora en su reloj, ocho en punto, había finalizado su turno.
Se quitó el mandil y también la ropa de trabajo, sacó de su cubículo su ropa de calle, para después ponersela. Guardó lo demás y se dispuso a salir del local, sin antes despedirse de su jefe.
Jungkook se encontraba caminando rumbo a su casa, todo el tiempo hacía diez minutos de camino, pero esa vez era un día especial, así que decidió ir a comprar helado.
Compro un bote de helado de fresa, su favorito, y retomó su camino hacia su hogar.
Ya al estar allí, dejó sus cosas en la mesa de la cocina y tomó una cuchara para comer su postre.
Probó una cucharada, dulce, suave, que bien sabía. Entre probada y probada, se acabó el helado.
Tiró el bote a la basura y lavó la cuchara.
Ya eran las nueve de la noche con cuarenta minutos. Jungkook tomó un poco de agua y se dirigió a su habitación. Lavó sus dientes, se puso la pijama y se recostó sobre la cama, arropandose con las sabanas.
Unos minutos y se quedó dormido.
Jungkook había asistido a una de sus sesiones semanales con su doctor, y le contó sobre lo de la parálisis, que no había aparecido y durmió muy bien.
Este lo felicitó y le sugirió que podía dejar de tomar los antidepresivos por unos días de prueba, si la parálisis volvía a presentarse, las tendría que volver a consumir.
Así que eso fue lo que hizo, no las tomó, no en cuatro días.
Durante la semana no había soñado nada, ni siquiera recordaba la última vez que había tenido parálisis del sueño.
Olvidando casi por completo al chico demonio.
Tranquilo, Jungkook estaba tranquilo. Su pecho subía y bajaba de forma calmada.
¿Cuándo pensaría que algo tan maligno había puesto sus ojos en el?.
Una belleza tan irreal que llamó la atención de un ser inhumano y poderoso.
—Pronto serás mío, pequeño—Susurró de una forma inaudible para el castaño que se mantenía dormido.
Aquel chico, alto, de cabellos dorados lo observaba detrás de la ventana.
Podía apreciar la perfecta figura de Jungkook, la cual era delineada por la luz de la luna. Su boca se encontraba entreabierta y su rostro estaba levemente sonrojado, ya que esa noche hacía un poco de calor.
Desde el día que se topó con el menor no dejó de pensar en él.
Aquella cara de pánico, esos ojos tan temerosos, sus lindos labios, su cabello desordenado.
Tenía que hacerlo suyo.
Jungkook no sabía que estaba jugando con fuego al invocar un demonio, no importa si fuera involuntariamente.
Lo hizo.
Al estar al borde de la muerte, una parte de el se quedó allá. Provocando que su alma fuese visible para cualquier criatura del más allá.
Jungkook era su nueva presa, y no lo dejaría escapar.
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¿Qué les pareció la nueva actualización?. Intentaré actualizar lo más que pueda. Ya voy a salir de la escuela, así que les pido paciencia. Gracias por leer. Goodbyeee <3
