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Carlize Wembley siempre fue una persona protectora y la veladora de sus hermanos. Se acostumbró a consolar y a nunca ser consolada, una desventaja de ser la hermana mayor.

Sin embargo, bajo los brazos de él, ella se sentía segura y por primera vez gozaba de ser protegida y consolada.

— El día está precioso.

Aquel chico de tez blanca y cabello castaño claro, casi como el trigo, la miraba con adoración.

— Es aún más precioso cuando estás tú, mi cleopatra.

Para ambos nada ni nadie existía cuando estaban juntos. Nunca nadie les dijo que podrían sentirse de la manera en la que se sentían cuando se miraban y adoraban con palabras.

Julius Gardener había sido el hijo al que sus padres menos le prestaron atención, opacado por sus caprichos hermanos.

mujeriego

guapo

altanero

egocéntrico

petulante

Eran muchos los adjetivos con los que llamaban a Julius. Y, sin embargo, sin importar el por qué, su cleopatra pudo ver más allá de esa falsedad impuesta por la sociedad. ¿Que si de alguna manera ciertas cosas de Julius eran ciertas? en efecto lo eran. El nunca presumió de ser un santo, pero quería ser uno por Carlize.

Carlize, la inalcanzable y difícil Carlize Wembley, siempre con semblante serio y porte de reina, a él siempre le pareció interesante. "Nunca lo suficiente cerca pero tampoco lo suficiente lejos" se decía así mismo, incluso cuando escuchaba a sus compañeros, provenientes de familias asquerosa-mente ricas, hablar sobre lo difícil y engreído que era el carácter de Carlize, entercado su interés creció más acerca de aquella dama. Preguntas rondaban su cabeza: ¿Que la diferencia de la demás? ¿acaso de verdad es inalcanzable? ¿cuál es su verdad?

Y la verdad era que Carlize no era seria solo callada, no se creía inalcanzable, al contrario, se consideraba más normal y simple que una tortilla. Ella era tímida y sensible.

— Te amo al punto de que sin ti siento que mis pulmones colapsarían — dijo Julius acariciando la silueta de su rostro, pasando sus dedos por sus pómulos bajando a su mandíbula, subiendo por sus carnosos y medianos labios, los cuales besaron la yema de sus dedos sacando-le una sonrisa.

— Te amo Julius.

Él rozo su nariz con la de ella y recargo su frente en la suya.

Era el día perfecto para llevar a cabo su cometido. Ambos recostados sobre el césped, él recostado sobre su regazo y ella apoyada en árbol de manzana característico de la escuela.

— Carlize Wembley.

— ¿mmm?

Él se levantó sentándose sobre un puñado de flores silvestres.

— Te he querido preguntar esto desde que descubrí mis sentimientos por ti.

Ella sabía lo que venía, su corazón latía a un ritmo frenético, tenía miedo, pero también se encontraba ansiosa.

Julius la miro a los ojos, esos ojos tan propios de ella. Se miraron y el prosiguió.

— ¿Carlize Wembley, aceptarías ser mi novia?

Carlize le ofreció la sonrisa más brillante del mundo.

— Claro que sí.

Eso apago los nervios de Julius e hizo que su corazón se calentara.

— Te amo Carlize, no sabes lo feliz que me haces.

— Sera difícil — sus ojos denotaron preocupación.

— Podremos — contesto aun contesto.

— Pero...

Julius la callo con un beso en la mejilla.

— Podremos superar lo que sea mi cleopatra.

Ese día ambos se juraron amor eterno, sin imaginar que después sus corazones se romperían.

Intended- Saga hermanos Wembley #1 Carlize- (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora