Contexto Histórico.

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Hace más de 400 años, en la Era Muerwardiana, conocida también como la Era Salvaje, el Reino de los Demonios, en las Islas Hirvientes, un lugar donde brujas y demonios ejercían la magia en todas sus ramas con total libertad. Bajo el gobierno del Emperador Belos II, estas islas florecieron con autoridad y rectitud, ganándose el respeto y la admiración de sus habitantes, incluso de aquellos que residían en Gravesfield, una región mayoritariamente poblada por humanos desprovistos de poderes mágicos.

Sin embargo, en medio de esta era de esplendor, una bruja destacaba por encima de todas: Hécate. Poseedora de un talento prodigioso y una inmensa cantidad de poder, Hécate albergaba en su corazón una ambición desmedida. Su sed de poder la llevó a adentrarse en los rincones más oscuros de la biblioteca de Huesosburgo, donde descubrió los textos prohibidos que albergaban secretos arcanos.

Fue allí donde Hécate encontró una forma de amplificar aún más sus poderes, pero a un costo considerable. Los antiguos pergaminos revelaron la existencia de un ser milenario y peligroso conocido como El Coleccionista, cuya prisión yace en un lugar desconocido. Este ser ofrecía un poder sin igual, más allá de cualquier comprensión, pero solo a cambio de su liberación. Los susurros tentadores del Coleccionista penetraron en lo más profundo del ser de Hécate, envenenando su corazón con promesas de grandeza y dominio absoluto. En un acto de ambición desenfrenada, Hécate aceptó el trato y, así, desató uno de los eventos más nefastos en toda la historia de las Islas Hirvientes.

Con el poder otorgado por el Coleccionista, Hécate se convirtió en un ser aún más temible y despiadado. Reuniendo a un grupo de seguidores conocidos como los Caza-Titanes, emprendió una campaña de terror en las Islas Hirvientes. La masacre se propagó rápidamente, dejando a su paso un rastro de destrucción y muerte. En su búsqueda por liberar al Coleccionista, Hécate desató una oleada de magia oscura y perversa que consumía todo a su paso. Los demonios y brujas que una vez habían vivido en armonía se encontraban ahora envueltos en un conflicto desgarrador. Las Islas Hirvientes, antes un paraíso mágico, se convirtieron en un infierno donde reinaba el caos y la desesperación.

La ambición de Hécate y su deseo de obtener un poder sin límites habían sumido al Reino de los Demonios en la oscuridad más profunda. Ahora, su único objetivo era liberar al Coleccionista, sin importar el precio que tuvieran que pagar tanto los habitantes de las Islas Hirvientes como aquellos que vivían en Gravesfield, quienes, a pesar de carecer de habilidades mágicas, no podían escapar del alcance destructivo de Hécate y su sed de poder desenfrenada.

En medio de la masacre desatada por Hécate, una presencia heroica emergió de entre las sombras. Azura, una valiente bruja, se levantó contra la tiranía y el caos que azotaban a las Islas Hirvientes. Consciente del peligro que representaban las criaturas engendradas por El Coleccionista, conocidas como Astro'Bestias, Azura lideró un grupo numeroso de brujas, demonios y valientes humanos en un enfrentamiento directo contra Hécate y sus seguidores. Las Astro'Bestias, criaturas estelares de aspecto ominoso, poseían la capacidad de transformar a sus víctimas en títeres de madera, despojándolas de vida y libre albedrío. Sin embargo, Azura y sus aliados se armaron de coraje y determinación, dispuestos a desafiar las fuerzas oscuras que se cernían sobre el reino.

La batalla que se desató fue épica, una lucha encarnizada que se prolongó durante un largo periodo de tiempo. Los hechizos y conjuros resonaban en el aire, mientras las fuerzas enfrentadas se enzarzaban en un duelo de poderes mágicos. Hécate, con su desmesurada ambición y los poderes otorgados por El Coleccionista, demostraba ser una oponente formidable. Sin embargo, el valor y la determinación de Azura y su grupo no flaquearon. A pesar de los embates y los obstáculos que encontraron en su camino, lucharon incansablemente contra Hécate y sus seguidores. La esperanza y el deseo de liberar a las Islas Hirvientes de la sombra que lo envolvía impulsaban cada movimiento de aquellos valientes.

Finalmente, después de una confrontación feroz, Hécate encontró su destino final. Fue derrotada y su amenaza quedó sepultada en la oscuridad que había engendrado. Simultáneamente, las Astro'Bestias, carentes de vida propia, fueron aniquiladas en su totalidad. La victoria era un testimonio del coraje y la perseverancia de Azura y su grupo de resistencia. Aunque el precio pagado fue alto, con pérdidas tanto en el bando de los héroes como en el de los seguidores de Hécate, la luz comenzó a abrirse camino nuevamente en las Islas Hirvientes. Algunos de los seguidores supervivientes de Hécate lograron escapar y se dispersaron por los rincones más recónditos del reino.

La historia de la masacre en las Islas Hirvientes y la valiente resistencia liderada por Azura se convirtieron en una leyenda transmitida de generación en generación. El sacrificio y el heroísmo de aquellos que se alzaron contra la tiranía de Hécate y las fuerzas oscuras perduraron en la memoria colectiva de las Islas Hirvientes, recordando siempre la importancia de la unidad y el valor frente a las amenazas más despiadadas. Como reconocimiento a su liderazgo y valentía en la batalla contra Hécate y las Astro'Bestias, el emperador Belos II otorgó a Azura una condecoración especial. A partir de ese día, ella sería conocida como Azura "La Buena", un título que inspiraba admiración y cariño en los corazones de los habitantes de las Islas Hirvientes.

Conscientes de la necesidad de evitar que una tragedia similar volviera a ocurrir, Azura y el emperador Belos II se unieron en una colaboración estratégica para salvaguardar la seguridad del reino. Implementaron una serie de medidas fundamentales que transformaron por completo el uso de la magia en las islas.

En primer lugar, se llevó a cabo una purga exhaustiva de todos los textos y registros relacionados con El Coleccionista. Cada libro, pergamino o documento que pudiera contener conocimientos peligrosos fue reunido y quemado, asegurando así que el conocimiento oscuro y corrupto no cayera en manos equivocadas. En segundo lugar, se estableció un sistema de Aquelarres, una estructura organizada que restringía el uso de la magia y dividía las distintas ramas en nueve aquelarres principales. El más importante de todos era el Aquelarre del Emperador, reservado exclusivamente para aquellos con la autoridad de ejercer más de una clase de magia. Cualquier individuo que se descubriera practicando deliberadamente más de un tipo de magia era encarcelado o condenado a la petrificación por la práctica de Magia Salvaje.

Estas medidas no solo aseguraban un control más estricto sobre el uso de la magia, sino que también garantizaban que los conocimientos y habilidades mágicas estuvieran distribuidos de manera equitativa entre los aquelarres. De esta manera, se evitaba la concentración excesiva de poder en manos de un solo individuo y se promovía la cooperación y la solidaridad en Islas Hirvientes.

La fecha en la que se implementaron los nueve aquelarres y se ramificó el uso de la magia para prevenir futuras masacres fue consagrada como la "Gran Unificación". Cada fin de año, los habitantes del reino celebraban este día en una festividad especial, recordando los horrores pasados y reafirmando su compromiso de mantener la paz y la armonía a través de la disciplina y el uso responsable de la magia. La "Gran Unificación" se convirtió en una fecha sagrada, un recordatorio constante de los errores del pasado y del valor de la cooperación y la moderación en el ejercicio de los poderes mágicos. A través de esta celebración, las Islas Hirvientes encontró una nueva dirección, guiada por el legado de Azura "La Buena" y el emperador Belos II, quienes habían transformado el caos en orden y la tragedia en esperanza.

The Owl House: Entre Humanos y BrujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora