Come along with me. (Ariana Grande)

Voz celestial.

Siempre me gustó mucho las canciones lentas, más si la persona tiene esa voz específica para poder cantar de manera dulce y celestial.

Mamá tenía eso, por eso cuando entraba en pánico me cantaba de esa manera, dulce, para que mantuviera mi cordura. Aunque eso solo fuese por un momento porque nunca he tenido cordura ni en lo más mínimo.

Tenía curiosidad de escuchar a Ariana luego de que la dejé en su casa, y aún con su insinuación la llevé a su casa. Solo que para ese momento yo ya no respondía nada de lo que ella me preguntase.

Era incómodo gustarle a alguien y que yo ni siquiera puedo darle un cumplido porque no me llama la atención en lo más mínimo. Creo que Ariana sintió ese rechazo que en un par de minutos de haber preguntado algo, y no obtener respuesta, ella guardó silencio hasta que llegamos a su casa.

Me agradeció al final del recorrido y solo se bajó rápido del auto, como si se sintiera asfixiada de estar en mi auto.

Aunque era lo mejor ya que al final, yo no le iba a pedir disculpas por algo que ella había dicho. No es culpa mía que no me guste nadie. Sin embargo me sentí un poco culpable al verla correr directo a la puerta de su casa.

Quizá por eso hacía esto, el escuchar su voz y luego buscarla con la excusa de querer decirle que tiene una buena voz  (aunque fuese mentira, pero no lo es) solo para quitar la culpabilidad de mi cabeza.

—¿Puedes explicar esto?—escucho la voz de Lynn entrar en mi casa, haciendo que me caiga del sillón de un golpe.

Me quedo en el suelo y las veo desde mi posición, que es de cabeza, veo a Lynn en el centro de brazos cruzados y a sus costados está Diane y Mei.

—¿Qué cosa?—pregunto como si no estuviese pasando nada.

Aunque en realidad, una canción de Ariana estaba sonando en todo mi departamento, no de forma fuerte, pero sí de manera suave que me mantenía en mis sentidos.

No sé qué canción era, o cuándo la había sacado pero era buena, definitivamente ella tenía ese toque celestial, pero jamás se lo diría.

—Ariana Grande está sonando en tu departamento ¿o solo yo estoy escuchando esa balada triste? ¡Oh Dios! Quita eso que me cortaré las venas ahora mismo—dice Lynn mientras Mei se acerca a mi equipo y Diane a mí.

Mientras Mei quita la música y coloca música un poco ruidosa, que me hace sentir con más estrés, Diane se acerca a mí a ayudarme.

—Ven, arriba—toma mis brazos y me ayuda a ponerme de pie.

—Tomé tu consejo y escuché su música—le dije a Lynn sacudiendo mi ropa un poco.

—¿Estás bien?—me pregunta Diane.

—Sí, de maravilla.

—No parece, te ves muy... cansada—Mei se acerca un poco y toquetea mi rostro como siempre lo hace cuando estoy mal.

—Anda—la empujo para que no me toque más.

—¿Quieren algo de comer?—Lynn se va hacia mi cocina y yo hago una mueca.

—¡No ensucies las cocina!—le grito.

—No lo haré, relájate.

Diane toma mi mano y tira de ella para que me pueda sentar, suspiro con cansancio mientras ellas empiezan hablar entre sí.

Me pierdo en mi mundo, mientras escucho los murmullos, cierro los ojos para pensar con claridad. Hoy era mi día libre, no tenía porque estar con ellas hoy.

El solo hecho de que Lynn esté en mi cocina me da ansiedad, porque todo va quedar todo desordenado con manchas de comida por todo lado.

—¿Estás bien?—pregunta Diane.