Ojos marrón.

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Algo pérdida en mi cabeza revuelta y llena de pensamientos inseguros, noté como Max se estaba acercando a mí desde el salón de su cabaña.

—Ven, necesito mostrarte algo—me llamó Max apenas tomé noción de mis sentidos.

Aproximadamente eran las siete de la noche, teníamos tres horas para partir en nuestra misión imposible relativamente posible. Estaban todos preparando todo para poder salir, yo por mi parte estaba esperando la hora de partida, sin embargo  me llegó a buscar Max.

Caminamos a las afueras de la cabaña en silencio, noté que ella se veía bastante seria, más de lo que usualmente era, parecía otra persona completamente diferente. Cosa que me pareció algo inusual y algo preocupante.

—¿Sucede algo?—pregunté levemente mientras le seguía los pasos con lentitud.

—No, ¿por qué la pregunta?—fue lo que me respondió cuando llegamos a la parte de atrás de la gran cabaña.

—No lo sé, siento que algo atormenta tu cabeza—expliqué y Max frunció el ceño.

Ella se acercó hacia algo cubierto por una lona de plástico, cuando esta la quitó, reveló una motocicleta montañera. La cual parecía en buen estado, solo que al parecer que no había estado en uso hace mucho.

—No entiendo a qué te refieres—me respondió y luego se agachó para buscar algo por los alrededores de donde se encontraba la motocicleta.

—Estás más seria de lo normal—le dije cuando se levantó del suelo con algo en la mano, luego me tendió su mano y yo con algo de confusión acerqué mi mano—¿y estas llaves?—le pregunté.

—Son de esta motocicleta—me da la espalda y se va caminando en dirección hacia la puerta trasera de la cabaña.

—¿A dónde vas?—le pregunté detrás de ella, esto no lo había mencionado en el plan.

Lo decía porque estaba más que claro que quería que yo conduciera esa motocicleta, cosa que probablemente podía pero no era el momento de tener probabilidades.

—Buscaré dos cascos, mientras tanto intenta manejar—yo me quedé de pie, viendo como se alejaba perdiéndose en el interior de la casa, y yo ahí sin tener la mínima idea de qué hacer.

Me acerqué lentamente a la motocicleta e introducí la llave, yo era lo suficientemente alta para poder tocar el suelo una vez que estuviese encima de la motocicleta.

Encendí la motocicleta y cuando escuché el rugido, suspiré intentando tranquilizarme. Traté de enfocarme en lo que Cooper me había enseñado.

“Es como conducir un coche, solo que los cambios
son un tanto diferentes”

—¿Qué haces?—la voz de Elizabeth me hizo sobresaltar.

—Nada, estoy probando la motocicleta—le dije tratando de parecer tranquila, aunque estaba muerta de nervios.

—¿Estás segura? Parece más bien que estás muerta de miedo—ella ríe levemente y yo frunzo mi ceño.

¿Es que acaso se notaba tanto? ¿Mi cara era tan expresiva?

—Algo así, mira no es como vayamos a estar corriendo por un prado de flores. Digo, es gente armada—le digo seriamente.

—Mira te entiendo, la primera vez que yo tuve un percance así, estuve con mucho miedo por días—me explicó recostada a la pared de la cabaña—lo único que me mantuvo con cordura fue mi objetivo, creo que deberías pensar en algo—ella me sonrió cálidamente y yo asentí.

—Estamos haciendo algo relativamente bueno ¿no?—le dije y ella asintió.

—Sí, totalmente. Quiero decir, piensa en todas esas chicas indefensas que caminan a su casa con el miedo que les pase algo, sin esa escoria podrán tener más esperanza... ¿No crees?—me explica y yo asiento dándole toda la razón.

Come along with me. (Ariana Grande)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora