Prólogo.

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¿Tienes alguna idea de qué es asistir a dieciocho funerales en tu vida con tan solo veinticuatro años?

Tal vez he sido un poco exagerada con contar el funeral del señor gato y el señor perro, pero eran mis dos únicos amigos.

Mamá decía que era una maldición que tenía la familia, Cooper y yo siempre fuimos dos niños muy paranoicos gracias a eso. No sé si agradecerle a mamá o odiarla durante todo mi relato.

En fin, yo era más paranoica que él, incluso podría decir que con mis veinticuatro años, aún lo sigo estando, sin embargo la maldición era la ignorancia de mi familia.

La maldición era básicamente un cáncer hereditario, lo que siempre desconcertó a los doctores era que siempre se manifestó en otras partes del cuerpo.

A mi madre la había consumido el cáncer de ovario, a mi padre el cáncer de pulmón, y ahora a mi hermano tiene un tumor en la cabeza.

Varios familiares habían muerto por cancer de estómago, de mama, de piel, incluso de laringe.

El maldito cáncer era tan normal en nuestra familia, que se hacían bromas para saber de qué tipo de cáncer ibas a morir.

Sin embargo, al final, todos se rendían incluso antes de que los diagnosticaran.

Entre ellos, estoy yo.

Come along with me. (Ariana Grande)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora