Prólogo

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Corro, corro por mi vida. Corro a través de aquel denso y oscuro bosque. Siento los pares de pasos corriendo detrás de mí. Se acercan cada vez más. Fui una estúpida al pensar que sería más rápida que ellos.

Hago zigzag entre los árboles intentado de alguna manera que se confundan o caigan esquivando cosas. Escucho como algo cae y mis esperanzas suben un poco.

—¡Levántate, tenemos que atraparla!— un jadeo sale de mis labios. Tomo impulso de donde no tengo y aceleró un poco más.

No me percate de que había una raíz algo grande que sobresalía y terminé tropezando con ella. Algo muy estúpido dada mi situación. Me levanté lo más rápido que pude, pero ya era muy tarde.

Algo golpeó mi pierna muy fuerte y caí nuevamente, intente ponerme de pie otra vez pero una mano llegó a mi nuca y la apretó impidiendo que me moviera. Gemí debido al dolor que ejercía aquella presión.

—Das muchos problemas humana.— es un hombre el que habla. Suspiro buscando el aire que comienza a faltarle a mis pulmones.

No estoy para ataques de asma justo ahora.

—Por favor. — hablo entrecortadamente. Comienzo a hiperventilar, y siento como la presión en mi nuca va sediendo.  Empiezo a toser. Siento mi garganta se seca.

Tengo sed.

—Así que es asmática.— está voz es diferente. Menos gruesa. Parece alguien realmente joven.

—Así no hará nada, cargala ahora.

—Tengo sed.— mis párpados pesan. Cada vez es más difícil intentar filtrar el oxígeno a mis pulmones. Escucho una risa seca.

—Pronto tendrás más.

No sé cómo, pero sé que eso no es nada bueno, y de cierta manera es lo que hace que no se cierren mis ojos por completo. Me impulso un poco con los brazos intentando levantarme, pero es en vano al sentir como la mano se posa nuevamente en mi nuca y ejerce presión.

Marcus.— es lo último que susurro antes de ver todo oscuro.

WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora