Estaba de pie en la estación esperando el próximo autobús que debería llegar en cinco minutos, y justo así fue.
Ya sentada en el autobús, me puse a pensar en que me pondría para la dichosa fiesta a la que debía ir. Normalmente esas fiestas que organiza la mamá de Cass solían ser de gala, y todos iban muy bien arreglados; sinceramente no estoy segura de tener algún vestido del todo elegante para ponerme, pero supongo que algo tendría que hacer.
Al llegar a la parada más cerca de mi casa, baje del autobús y camine una cuadra para por fin llegar y ver el auto negro de mi hermano y más atrás, el plateado de mi mamá. Tragué saliva y suspiré, abrí lentamente la puerta de la entrada y pasé cuidadosamente. Mini vino a saludarme y yo la acaricie. No sabía dónde podría estar mi madre, así que subí rápido las escaleras y toqué la puerta de la habitación de Adam.
—¿Si?— escuché que pregunto desde dentro.
—Soy yo, abre la puerta.— escuche un clic y la puerta se abrió, entré rápido y la cerré con cuidado de no hacer ruido.
Tal vez estoy exagerando un poco, después de todo, era yo la que quería hablar con mamá para aclarar las cosas.
Pero sin embargo, estoy nerviosa.
—¿Que pasa?— volteé hacia Adam, y pude notar cierta pereza en su voz e inmediatamente supe que acababa de despertar, yo lo desperté.
—Cuando venía entrando vi el auto de mamá afuera.— esa información pareció despertarlo y talló sus ojos.
—Lo siento, no la escuché llegar.
Fue a su cama y tomó una camisa verde que estaba tirada encima de la misma y se la puso. Me miró y supe lo que su mirada quería decirme. Quería salir y buscar a mamá para aclarar todo de una buena vez. Yo solo suspiré y asentí, me volteé y abrí la puerta.
—Tal vez esté en su habita...
Mis palabras quedaron al aire cuando escuchamos movimiento en la cocina, nos miramos y Adam tomó mi mano conduciendome por las escaleras para ir a la cocina. Una vez ahí pude ver a mamá de espaldas haciendo quién sabe qué. Estaba nerviosa, sinceramente no sabía como comenzaría o terminaría esto. Me conocía y sabía que por más nerviosa que estuviese, si llegaba a enojarme era impulsiva y decía cualquier cosa que cruzara mi mente a diferencia de Adam, el era más calmado en estos casos y muy pocas veces lo había visto perder esa calma.
Toda mi mente quedó en blanco cuando Adam carraspeo haciéndonos notar y vi como mamá se tensó por unos segundos, suspiró y decidió voltear para así encararnos. Nadie dijo nada como en veinte segundos hasta que Adam decidió romper ese incómodo silencio.
—¿Porque no llegaste anoche?— miré de reojo a Adam y sentí como dejaba mi mano para cruzarse de brazos.
Mamá no respondió y solo bajó la cabeza, Adam tomó asiento en una de las sillas frente al desayunador y yo hice lo mismo. Ella solo nos observaba y yo estaba perdiendo la paciencia.
—¿Crees que fue buena idea dejar solos a tus hijos después de lo de anoche?— no pude evitar preguntar. Su mirada llena de culpa cayo sobre mí; mamá también tenía claro quién era la de los sentimientos sensibles en esta casa, así como también sabia que podía perder la calma en unos segundos si no comenzaba a darnos respuestas.
—Se que quieren saber el porqué de lo que pasó.— comenzó y dejo lo que parecía ser un paño de cocina sobre el microondas—, pero es una historia algo larga y confusa para ustedes. No sé si serán capaces de...

ESTÁS LEYENDO
Wolf
WerewolfJessica Higgins creció toda su vida en una familia amorosa, cálida y sincera, o al menos eso creyó ella. La llegada de Marcus, un chico nuevo en la escuela y la ciudad, cambia muchas cosas en su vida y sin quererlo se ve involucrada con él en suceso...