Evan P.O.V
Toda mi vida me sentí atrapado. Como si estuviera dentro de una gran pecera esperando a que mi vida simplemente pase. Todo es tan monótono.
Mis primeros recuerdos son aquí dentro. Ni siquiera sé si mis padres me abandonaron en este lugar, nací aquí, si fui creado en alguna maquina o si en realidad tengo padres biológicos, de esos de carne y hueso. ¿Serian como yo? De pequeño todo me asustaba, me sentía indefenso y pasaba mis días enteros escondido debajo de los muebles de mi habitación. a veces, dormía allí o me escondía debajo de mis sabanas, rodeado de almohadas, como si estuviera en un fuerte impenetrable. Las cosas se volvieron peor para mí cuando comenzaron los estudios. Unían a los pocos niños que había en Conven y nos daban clases conjuntas. Los primeros años, a la hora del almuerzo me escondía debajo de la mesa, no tenía con quien compartir ese momento del día, era como si el resto de los niños me tuvieran miedo. Mis ojos siempre fueron un punto de asombro y hasta miedo, eso me hacía diferente dentro de un grupo de niños fuera de lo normal, era irónico pero, los niños son niños, su honestidad no tiene control.
Unieron a Frida unos años después, tenía problemas con las normas de convivencia dentro del salón de clases y de autoridad con el profesor, siempre estaba metiéndose en problemas aunque no era realmente su culpa. Para ser sol una niña era demasiado fuerte, no tenía control de sus movimientos y al igual que yo, los niños del salón de clases finalmente la aislaron y dejaron de lado. Solo éramos dos niños asustados de nosotros mismos. El primer día que me acerque a hablar con ella teníamos alrededor de ocho años, me senté junto a ella en el almuerzo y cuando levanto la mirada para verme lo note. Sus ojos eran como los míos, nuestra diferencia genética era más notable que la del resto. Desde ese día compartimos cada momento que pudimos. Ella me enseñó a ser más valiente y yo le enseñe a no sentir miedo de quien es.
Aunque, teníamos grandes diferencias sobre todo a la hora de comer o al estar afuera. Ella prefería las noches cálidas, de cielo despejado y el suelo tibio por recibir los rayos del sol durante todo el día, y por mi parte prefería las noches frescas, la lluvia en mi cara y el olor a humedad que esta provocaba, y eso era justamente lo que estaba pasando.
Frida estaba en la entrada a las instalaciones con sus brazos cruzados sobre su pecho y temblando ligeramente de frio mientras me miraba disfrutar de algunas gotas de lluvia.
- Ya vamos Evan, por favor. Dentro de poco es la hora de cenar y tengo hambre.
- Solo un poco más – cerré los ojos y alcé la cabeza al cielo. Las gotas de agua golpeaban mi cara y caían por mis pómulos hasta mi cuello.
- ¡Evan! – la voz de Frida ahora era un poco más desesperada.
Al abrir los ojos la encontré a ella y a la Dra Shell.
La Dra Shell era una mujer que no superaba los cuarenta años, era alta y delgada, de nariz prominente y ojos apagados, siempre usaba unas grandes gafas gruesas de marco rojo y una bata de color blanco, era una mujer impecable y poderosa. Controlaba a todos los que estábamos en Conven. Nos decía que comidas comer, cuando era hora de hacernos pruebas de sangre, media nuestro rendimiento físico y nos mantenía a todos "a salvo" del exterior.
Era mejor que me acercara a ellas o habría problemas.
- Buenas noches Dra Shell – le dije con cautela. Ella me miraba directo a los ojos.
- Evan – el tono de su voz era frio y cortante – Los quiero a los dos en el comedor enseguida. Tienen suerte de que los esté dejando comer con el resto del grupo.
Acto seguido, giro sobre sus talones y se fue lejos de nosotros, el ruido de sus zapatos era lo único que permanecía allí sin ella.
- ¿Estoy demasiado mojado? – le pregunte a Frida.
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Nuevos Mutantes
Fiksi IlmiahEl interior de las instalaciones 'Conven' a estado alterando la genética de ciento de personas en los últimos 70 años, aprisionándolos dentro de sus paredes desde el momento en que nacen hasta que mueren, llevando sus habilidades hasta el limite, oc...