Capítulo 1

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Apenas hacía unas semanas que nuestra querida protagonista se mudó a la ciudad que va a ser el escenario de nuestra inesperada historia. Lo que habéis leído hasta ahora aún no ha pasado en el punto de vista en el que os quiero situar, pero es una escena importante para el futuro desarrollo de la historia. Solo voy a dar una pista, no voy a hacer las cosas fáciles porque la vida en si nunca lo será. No esperéis descubrir lo que vengo a contaros porque hasta yo misma fallaría en el intento.

Tras unas semanas de desesperación por el papeleo del nuevo instituto, la mudanza y el tener que soportar a su madre a cada hora del día estaba volviendo loca a nuestra protagonista. Estaba deseando ir a clase solo para perder esas habitaciones y a su madre de vista un rato. De lo que no tenía ganas era de encontrarse con tantos nuevos adolescentes hormonados que solo piensan en las mismas dos cosas, en el físico y en el sexo. Porque seamos sinceros, adolescentes superficiales anti sentimientos que parecen robots programados para asesinar la autoestima de los demás hay en todos sitios.

Os pondré en situación, los padres de nuestra querida protagonista se acababan de separar y la verdad, no era algo que le molestara demasiado, lo que le molestaba era tener que mudarse a una ciudad nueva solo para conocer a mas idiotas de los que ya conocía hasta ahora. Sus padres se han pasado sus 17 años de vida peleando y discutiendo, así que la verdad es que se lo olía desde que tenía unos 7 años. Tras la separación su madre ganó la custodia y decidió cambiar de aires y mudarse a una ciudad que parecía que estaba en la otra punta del mundo. Con lo que a ella le estresan los largos viajes en coche, imaginaros lo insoportable que hubiesen sido esas 7 horas de viaje en coche con ella en el asiento del copiloto quejándose por todas las cosas que supuestamente le molestaban, incluso lo que ni siquiera estaba ocurriendo realmente.

Tras esas insufribles horas en coche llegaron a lo que a partir de ahora iba a ser su nuevo hogar, pero al parecer eso tampoco le contentaba mucho. Se sentía aliviada de haber llegado al fin y de poder bajarse de ese coche que ya empezaba a apestar y todo, pero la casa no era precisamente de su agrado. Era un pequeño edificio de dos plantas, para ser de dos plantas no era demasiado grande a decir verdad, la iluminación tampoco era su mejor cualidad y para ser sinceros, necesitaba bastantes reformas porque era más bien vieja, pero bueno, dentro de lo que cabe era pasable. Nuestra protagonista entró enseguida e inspeccionó toda la zona, pronto se había apoderado de una de las habitaciones. Se quedó en esa habitación pensando en como iba a decorar su cuarto hasta que su madre la llamó para que la ayudase con las primeras cajas de la mudanza, el camión aún tardaría en llegar unos cuantos días.

Lo que la protagonista vivió durante esos días de mudanza son detalles más bien innecesarios para el desarrollo de esta historia, así que vamos a adelantarlo un poco hasta el primer día de clases en el instituto nuevo. El día en el que todo empezó.

Nuestra querida protagonista paseaba por los pasillos con un aire de falsa rebeldía la cual evitaba que todos esos idiotas se acercaran con alguna ridícula ocurrencia por ser la típica nueva que entra en mitad de curso al instituto. Ella no tenía para nada ganas de tragarse todas esas gilipolleces que pueden pasar por la mente de todos esos adolescentes a las 08:00 de la mañana. Tras pasar por secretaría para recoger su horario y de más se dirige a su primera clase, biología, en cuanto llega a la clase se sienta en la última fila y dirige su mirada directamente a la ventana, los alumnos van llegando y sentándose sin darle mucha atención. Al lado suya se sienta un chico que trata de sacar conversación continuamente, le pareció entender que se llamaba Zach, pero tampoco le estaba haciendo mucho caso. Al cabo de unos minutos el profesor la saca de sus pensamientos al dirigirse a ella. "Tú debes de ser la nueva, ¿no?" pregunta el profesor por lo que ella asiente, "¿te importaría salir a la pizarra y presentarte?" pregunta una vez más el profesor y esta sin mucha gana se levanta, se dirige a la pizarra con las miradas de los que serían sus nuevos compañeros siguiéndola. "Me llamo Kendra, Kendra Fields" se escuchan algunas risas de fondo por el nombre, pero ella no les hace mucho caso y sigue con su presentación "como la mayoría de aquí, tengo 17 años y me he mudado a la ciudad recientemente con mi madre" dirige su mirada al profesor "¿puedo sentarme ya?" el profesor asiente y Kendra se dirige de nuevo a su sitio para sentarse. "Bonito nombre" dice su compañero de mesa Zach "muy gracioso" dice irónicamente la protagonista a lo que Zach sonríe "debes dejar de estar tan a la defensiva, lo decía enserio" dice Zach mirándola antes de prestar atención a la clase de nuevo, Kendra suspira leve "lo siento, gracias" le dice al chico y este solo le sonríe leve siendo amigable.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2020 ⏰

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Dulce VenenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora