Día 6: Juicio Final parte 3/3

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I'm a goner, pero mi aliento no puede ser recuperado; mira mi inicio, lee mi historia, el libro de mi vida y entiende mis causas; sólo eso te pido.

Los fantasmas del pasado viven en mí y juegan conmigo, con mis sentimientos y reacciones.

Sentía que mi alma estaba llena de oscuridad, siendo esta antes un lugar donde solía estar la luz; ni yo mismo me acostumbraba a lo que me había convertido.

El dolor me carcomía por dentro, pero prefería ese dolor a no tener a mi familia por lo menos en mis recuerdos.

Me acerqué lentamente a Christian y con lágrimas en los ojos de ambos y una sonrisa falsa de mi parte le dije:

— Tranquilo, me detendré cuando mi alma encuentre paz.— le tapé la boca con varios trapos para impedir que nada saliera de su garganta.— No es por los gritos.— le aclaré.— Ellos no tienen importancia hoy.

Tomé unos tubos delgados y flexibles que estaban conectados a una moto bomba y los introduje por sus cavidades nasales.

— Lo que haré consiste básicamente en hacerte estallar el estómago. — dije luego de haber tenido todo listo.— lo gracioso es que fue implementado principalmente por la inquisición española, así que debes darle las gracias a dios.— comenté en tono de burla para luego echar a andar la moto bomba.

Su estómago iba incrementado su tamaño debido a la gran cantidad de agua que este estaba recibiendo.

— Lamentablemente no pude traer alambres de espinos.— comenté apagando la dicha máquina al observar el considerable tamaño de su barriga.

Las lágrimas caían a chorros por su rostro; se le notaba el dolor, el miedo y la desesperación.

— Es tarde para arrepentirse; no llores, vas a botar toda el agua de tu estómago y la necesito ahí.— bromeé para luego golpearlo repetidas veces.

Se movía con desesperación por soltarse y poder huir de allí, pero sus intentos eran tan fallidos como los míos de detenerme.

¿Quién diría que un golpe no tan duro en el estómago acabaría con la vida de una persona tan sana físicamente como Christian Kreel?

Un sólo golpe hizo que su estómago cediera a la presión que el agua ejercía desde dentro.

***

La adrenalina estaba al máximo y la tensión se podía cortar con un simple cuchillo de mesa, causados por la ráfaga de disparos que interrumpió al señor Black en su relato.

Los policías habían salido y los habían dejado solos a los dos en medio del caos para ir a resguardar la estación policial.

— Espero que no sea cosa suya.— dijo el rubio con voz tajante.

— ¿Qué puedo hacer en estas condiciones, oficial?— respondió en forma de pregunta con semblante tranquilo.

— Lo mismo me pregunto.

— ¿Y si le termino de contar?—  preguntó reclinándose en su asiento.

— ¿Ya no me contó cómo mató a ese hombre?— preguntó el oficial apartando su vista de la puerta para ponerla sobre él. — Yo sé qué pasó después.

Sonrió de lado, miró hacia un lado, regresó su vista al rubio para hablar.

— No, no sabe todo...

***

Miré el cuerpo inerte de Christian Kreel, lo contemplé; es decir, admiré mi obra.

La satisfacción era evidente en mí, así como mi dolor, el cual se reflejaba en mis lágrimas, los recuerdos se vinieron a mi mente de la misma manera que siempre lo hacían.

No me quería deshacer de esos recuerdos porque era la única manera en qué podía ver a mi familia, pero no me acostumbraría porque sentía que mi vida era como esos medicamentos que ya pasaron de su fecha de expiración, pero aún se pueden usar; además, ¿Quién se acostumbra al dolor? Puede que ya sea tan recurrente en ti que ya te acostumbres a que esté allí, pero nunca te acostumbrarás a que te duela.

Suspiré, miré al techo a pensar, lloré. Sabía que podía pasar la noche ahí si quería, pero no, no quería, no debía.

Había un plan y tenía que seguirlo.

Me levanté, fue una de las pocas veces que ese simple movimiento se tornó en un reto, en una verdadera tortura. Sentí un leve mareo, pero seguí adelante sin trastabillar.

Revisé mi bolso y me aseguré de que todo estuviera en su lugar.

Saqué un pequeño teléfono celular y le texteé a un número guardado como M.

                                        Listo.°

Luego de 2 minutos obtuve respuesta.

°Tienes 5 minutos
a partir de ahora.

Al leerlo supe que en realidad tenía 4 minutos para hacer lo que quisiera y 1 para fingir un intento fallido de escape; así que me puse manos a la obra cuando preciso faltaba ese minuto.

Quemé el teléfono e "intenté" quemar el resto de la evidencia.

***

— ... Y ahora, oficial; sí puede decir que sabe lo que pasó después.— culminó con una mirada profunda clavada en los ojos del aludido.

El oficial estaba atónito, eso no se lo esperaría ni en un millón de años.

Que alguien quiera entrar como reo capturado con las manos en la masa no era normal. Unas voces se escucharon a lo largo del pasillo que llevaba a la habitación donde se encontraban.

— ¿Oye eso, oficial?— volvió a formular la pregunta que había hecho mucho antes.— Se oye mi libertad.— concluyó esta vez la frase.

Jhonson se levantó rápidamente para poder esposarlo y usarlo como especie de rehén si en dado caso los que estaban por entrar no eran precisamente sus colegas; pero él fue más rápido y pateó la mesa para desestabilizar al rubio.

La puerta se abrió de golpe en el momento en el que el oficial se reincorporaba.

— ¡Baja el arma!— gritó un sujeto alto con el rostro cubierto y con traje parecido a los del SWAT seguido de dos sujetos más con las mismas descripciones.

El aludido lo miró y luego miró a los sujetos extraños, para así bajar el arma después de dar un largo suspiro; el rubio levantó las manos y se arrodilló  como le pidieron los dichos hombres.

— No le hagas daño.— dijo al oído de uno de ellos.

— Como ordene; el señor M lo espera en recepción.— comunicó uno de los que estaba en la puerta, a lo que asintió con la cabeza para proceder a salir de la habitación.

— Por cierto, oficial.— dijo girando en su propio eje volviendo su vista hacia la habitación; la tensión en el ambiente se había disipado rápidamente a pesar de que el oficial Jhonson lo veía con un poco de rabia y encono. Los amigos de Charles levantaron al aludido.— volveré.

Asesino De Las Sombras |Memorias Del Asesino|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora