A través de mi

Carta 3

03/03/1990

Querida, llevo 6,050 días sin ti y no puedo esperar a volverte a ver. Son casi 17 años y se me termina la paciencia. Me estoy volviendo loco sin tu presencia.

Quisiera salir de aquí e ir a buscarte al último lugar en el que te vi, pero no me acuerdo con exactitud. Puedo recordar muchas cosas de cuando estábamos juntos, pero conforme el tiempo pasa mis memorias de la otra vida se desgastan. Ni siquiera sé si sigues teniendo el mismo nombre, me aterra pensar que me olvidaste.

Estoy aterrado, todo está regresando, estoy perdiendo el control sobre mi persona, mi salud está empeorando cada vez más, por favor ven a mí, te necesito.

No puedo parar de hacerme daño, él me dice que siga haciéndolo porque es por mi bien y ahora ya no puedo parar. Cuando era pequeño comencé a arrancarme por pedazos la piel de mis piernas, pero no pensaba que fuera tan grave, no me di cuenta que así empezaban a hacerse presentes cada uno de los traumas que me acechaban desde vidas pasadas y que aquella voz volvía a hacerse presente. Poco después comencé a destrozarme los labios, arrancaba pedazos de piel hasta que saliera sangre, tomaba las navajas de mi padre y hacia cortes horribles. Mis padres lo notaron hasta que la piel me empezó a cicatrizar, pero yo les dije que solo fue un accidente.

Se dice que cada vida es una nueva oportunidad, que puedes empezar de nuevo, pero al parecer eso no se aplica conmigo, cada vez que vuelvo a nacer mis traumas pasados me siguen y me atormentan hasta el día de mi muerte.

Tengo que irme, mi familia me espera. Le ruego al cielo que te encuentres bien, hasta pronto querida.