Carta 4

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10/03/1990

La imagen de tu rostro lleno de lágrimas, tus delicadas manos ensangrentadas y tu cálida voz susurrándome que no te dejara me atormentan. Te pido perdón por abandonarte.

Me quité la vida porque no tenía otra opción. Por favor entiéndeme, me siento como un fenómeno, todo es horrible, en las noches él se apodera de mí y trata de matarme, le ruego que no lo haga, pero él insiste en que tome el cuchillo.

Le tengo miedo a la noche porque en cuanto cierro los ojos me convierto en tu prisionero. Aún puedo verte en mis sueños repitiendo aquella frase, puedo escuchar el hermoso sonido de tu risa y no hay nada mejor que abrazarte, pero al despertar solo me quedan ganas de morir. Él me dice que todo estará mejor si vuelvo a quitarme la vida, pero tengo miedo de volverlo a hacer.

Te quiero de vuelta, pero sé que es casi imposible, estoy encerrado en estos malditos pensamientos que me están matando lentamente y me estoy volviendo demasiado inestable. Lo único que pasa por mi cabeza eres tú y juro que ya no puedo más con todo esto.

El día de ayer mi padre me llevo con un psicólogo porque me escucho gritar por la noche. Le conté todo lo que recuerdo de ti pero creo que no me creyó, me dijo que eras un producto de mi gran imaginación pero yo insistí. Cuando termino la terapia él salió a hablar con mi padre, no sé qué fue lo que le dijo, pero te aseguró que fue algo malo por la forma en que me miraba.

Hoy por la mañana me dijo que hiciera mis maletas, creo que nos iremos de vacaciones a algún lado y estoy muy emocionado por ello.

Tengo que arreglar todo para el viaje, te escribiré pronto. Con todo mi amor, Carlos

A través de miWhere stories live. Discover now