La Revancha (PAUSADA)

Capítulo V : Un día difícil

Hace 6 meses

                    <Smith>

El sonido del despertador interrumpe mi sueño, abro los ojos con pereza, tengo la sensación de haberlo cerrado por unos breves segundos. Miro la hora y son las 6:00 a.m. Recuerdo que estuve despierto hasta las 3:30 a.m recopilando evidencias del caso del día anterior.

Cierro mis ojos con fuerza y lo vuelvo a abrir, dándole así la orden que terminen de despertar. El día anterior fue uno de esos días que ningún policía quiere vivir, tuve que presenciar la escena de una familia masacrada. La pareja de esposo y sus 3 hijos de 12, 9 y 4 años respectivamente asesinados brutalmente.
Llegamos al lugar de la escena, un vecindario de clase media, todo estaba aparentemente en calma. Una casa grande con un hermoso jardín en el cual se podía apreciar un área de juego infantil, un carrusel que era girado involuntariamente por la fuerza del viento. Al entrar a la casa toda esa calma y belleza que habían contemplado mis ojos, se convirtieron en una de las peores escenas que haya visto a lo largo de mi carrera. Había sangre seca esparcida por toda la sala, en las paredes blancas estaban dibujadas con sangre de manera deforme como en señal de auxilio, unas manos pequeñas y medianas, de inmediato intuí eran de los niños.
Un olor putrefacto contaminaba el ambiente. En el piso se podía apreciar lo que podría ser masa encefálica acompañado de intestinos y un pedazo de lengua mordida y partida a la mitad

Seguimos nuestro recorrido por la casa guiados por la gran cantidad de sangre y el fuerte olor a putrefacción, hasta llegar al segundo nivel donde se encontraban las habitaciones, allí horrorizados pudimos ver la escena por completo, los 5 cuerpos yacían ahí. La joven pareja de esposos y sus 3 pequeños torturados de la forma más atroz. El padre amarrado a una silla, con las manos sujetada por la espalda, la garganta cercenada y la lengua arrancada de su boca, su caja torácica abierta. Colocado frente a la cama, donde se encontraba su esposa atada de manos boca abajo desnuda y con múltiples cuchilladas, al lado sus hijos de igual manera.

Fueron ultrajados de la peor forma posible, todo eso mientras su padre presenciaba tan abominable acción sin poder hacer nada por su familia.

El olor era insoportable, por el nivel de descomposición tendrían 3 o 4 días allí. Increíble que nadie haya notado su ausencia antes.

Al junto de los médicos forense me acerco un poco mas para mirar con detalle la escena, el olor se intensificaba más mientras avanzaba, al parecer el padre fue el último en morir, a la madre y los niños lo habían asesinado en el primer piso. Al darle vuelta a los cuerpos pudimos apreciar que le faltaban algunos órganos.
Los intestinos y masa encefálica que vimos al entrar podría ser de cualquiera de los 5 cuerpos.

Nos llamó la atención que a todos los cuerpos les faltaran los dedos pulgares de cada mano y sus ojos, de los cuales no encontramos rastro en toda la casa. Tal vez se lo llevaron como recuerdo o trofeo.

Por el destrozo de evidencias sospechamos que también podrían ser caníbales y las partes faltantes habérselas comido. Podrian porque basado en los hechos nos parecia poco probable que se tratara de un solo ignoto, uno solo no habría podido someterlos a todos tan fácilmente, a menos que fuera una persona allegada a la familia y tuviera la cercanía, tiempo y confianza a su favor. Al momento solo era suposiciones, hasta avanzar con la investigación, ya que hasta el momento no habíamos encontrado más huellas diferentes a las de las víctimas.

El día de ayer no podía haber sido peor, me siento un poco aturdido al borde de la cama repasando una y otra vez esas imágenes . Me pongo de pie rápidamente tratando de desvanecer esos recuerdos que llegan de golpe a mi cabeza.

Luego de tomar un café bien cargado para que mi cerebro se reactive nuevamente, me apresuro a salir de casa olvidando mi móvil en la mesa.
Cada mañana recibo una llamada que me alegra el día, no por el motivo de la misma, sino por la voz detrás del teléfono. Ayer me quedé esperándola, pero sé que hoy no fallará.  Regreso presurosamente a recogerlo, noto un poco decepcionado que tiene varias llamadas perdidas, pero ninguna de ella es la que espero.
Las llamadas son de mi superior. La miro con desgano y a mis adentro pido que no se trate de otra mala noticia, cuando él me llama es porque algo muy grave o importante ha sucedido.

Me dispongo a regresarle la llamada, pero una llamada entrante interrumpe mi propósito, es mi jefe nuevamente.

— Jefe que sucede
—Necesito que te dirijas al Hospital Central  —me quedo extrañado en total silencio mientras sigue hablando.

—Me informan que Lucía Altamirano sufrió un accidente en su casa y la ingresaron gravemente herida—Mi corazón da un gran salto al escuchar ese nombre " Lucía ", la piel se me eriza temiendo lo peor. En todos estos meses me desayunaba con una llamada cada día a la misma hora de la mañana suya, buscando respuesta de la muerte de su padre, al decir verdad cada día ya esperaba su llamada, es una mujer muy bella y especial, no podría pensar que también ella tuviera un destino tan tráfico.
—Entiendo jefe, pero no entiendo si dice que fue un accidente por qué usted me manda a investigar  —digo en un tono indiferente, no podía mostrar ninguna emoción ante mi superior. Hago la pregunta por simple curiosidad, porque ya sabia por qué me envía allí, otro accidente en la familia Altamirano, ¿mucha coincidencia no creen?  Pero yo sé bien que las coincidencias no existen.

—Ya sabrá Smith que su padre murió hace poco en un supuesto accidente que luego resultó en asesinato, esos misteriosos accidentes de la familia Altamirano, una familia tan importante, hay que investigarlos  minuciosamente —Terminó de decir el jefe.

Me dirijo rápidamente al hospital, mi corazón palpitaba con una dosis doble de adrenalina, debo llegar rápido, tengo que saber que Lucía está bien. El fuerte sonido de un claxon me despierta de mi trance y me doy cuenta que me fui en luz roja, casi impacto al otro coche que iba cruzando. Sé que esto tendrá sanción, pero ahora eso no me preocupa, lo importante es llegar lo más rápido posible a ese hospital.

Empujo la puerta con prisa, muestro mi placa al guardia de turno, me dirijo hacia recepción, aunque tiene la visita reservada por su gravedad, me la arreglo para que me permitan el paso. Me pongo una bata y un cubre boca, vestimenta reglamentaria para pasar a esa área reservada. La enfermera me guía por un pasillo angosto, voy caminando a toda prisa detrás de ella, puedo ver personas a todo lo largo del trayecto, pero no reparo en sus rostros, mi mente va enfocada en llegar a esa habitación donde se encuentra Lucía.

Entro a una sala tan fria como una morgue. Puedo ver en una cama a Lucía, al menos lo que queda de ella, conectada a varias máquinas y tubos en su cuerpo. Una máquina marca la pulsaciones de su corazón al ritmo de un sonido intermitente.
Su cara está casi cubierta por completo, algo alrededor de su rostro sujeta su mandíbula, un vendaje en su cabeza cubre completamente su hermosa y larga cabellera. Su ojo izquierdo está muy hinchado y de color morado, al junto con una partidura en el labio inferior que le deforma completamente el rostro.
Si no fuera porque la enfermera me guió hasta aquí, pensaría que estoy en la habitación equivocada con la persona equivocada, esa no es la hermosa mujer que conocí.

Sus piernas están inmovilizadas al igual que sus brazos. Aun estoy parado en la puerta tratando de digerir todo esto, no puedo creer que esa hermosa sonrisa se apague de esa manera, me acerco un poco y toco su delicada mano, esta tan fría como si la muerte ya estuviera tomando posesión de su cuerpo. La pongo entre mis manos y puedo sentir su suavidad, la froto con las mías para darle un poco de calor, en un intento desesperado por protegerla de la muerte misma.

Permanezco pensativo un largo rato con su mano entre las mias. Mi mente analiza cada uno de los detalles que la enfermera brevemente me dió sobre la situación de Lucía.
Entre pierna, brazo, mandíbula , clavícula y costilla rota la cual peligrosamente se desvío hacia el corazón, casi perforandolo, Lucía había recibido un golpe contundente en el cráneo, el cual le ocasionó un coágulo que la mantenía en estado de coma.

Definitivamente no se trataba de un accidente, mi sangre hierve de furia al pensar que alguien pudo ocasionarle tanto daño a esa hermosa y dulce mujer. Un frío que me hiela la sangre recorre mi cuerpo, un dolor punzante en mi pecho me obstruye respirar fácilmente, al pensar en la posible muerte de Lucía, tendría que investigar la muerte de padre e hija, y estoy seguro que se trata del mismo ignoto.
Acerco su mano a mi boca, ya no se siente tan fría, la beso con dulzura y le susurro al odio izquierdo con la insconciente esperanza de que pueda escucharme: "—sigue luchando, juro protegerte con mi vida" —así me despido de Lucía. Ahora con una pista más clara hacia donde dirigir mi investigación, Maximiliano Miller.