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No es que Park Jimin se creyera que por ser muy guapo las mujeres tenían que caer por él sí o sí, tampoco era un sujeto celoso o que envidiara la belleza de otros hombres; pero en ese momento, quería matarlo.

Todas las mujeres de ese club, literalmente todas, estaban rodeando ahora a ese pelinegro de labios gruesos y porte elegante. ¿Qué hacía de todas formas un hombre cómo él en ese club? A leguas se veía que era de otro tipo de ambientes. Su camisa negra y jeans negros desentonaba totalmente con el estilo libre que el club permitía.

A demás, parecía una broma, por cada palabra que él decía, las chicas reían cómo si les pagaran por eso. ¿Por qué, por qué, por qué?

—¿Estás bien? — su amigo se metió frente a él, interponiendose ante la visión que tenía de aquel otro chico.

—¿Eh? — la música no lo dejó oír.

—Qué si estás bien. —preguntó alzando la voz. Jimin lo observó, su amigo, al igual que él, traía una simple remera y pantalones sueltos. A su vista, Taehyung se veía incluso más guapo que aquel pelinegro, ¿por qué las chicas no quieren coquetearle cómo cada sábado?

—Sí — se inclinó hacia un costado en su silla, para poder ver de nuevo al nuevo chico en ese club. —¿Qué cosa le ven?

—¿Ah? — Taehyung volteó a verlo también — Ah, ese chico, es buena onda.

—¿Qué? —lo miró con indignación. —¿Lo conoces?

—Bueno, no. Estuve recién en la barra y se oía como un buen tipo. De hecho, creí que mirabas hacia mi hace rato, pero resulta que lo mirabas a él —dijo con un puchero.

—No lo sé. Se ve como un idiota para mí. Miralo —señaló con su vaso — Mira como se regocija por tener la atención de las chicas. ¿Quién se cree?

—Está guapo, qué se yo—se alzó de hombros y bebió de su vaso.

—Tú también lo eres y yo también lo soy —se levantó decidido —¿Sabes qué? Voy a ir por una de las chicas.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Para demostrarle a ese chico que mis encantos son mejores que los suyos.

Taehyung iba a decirle que simplemente se divirtiera y bailara con cualquier otra chica, pero tampoco es que hubiera alguna disponible. Si no estaba acompañadas, estaban rodeando a aquel chico.
Va, tampoco es que a él le importaran tanto las chicas.

Por su lado, aquel hombre que había decidido pasar por ese club aquella noche con un par de sus amigas, se la pasaba muy bien con las chicas que se unieron en su compañía.
— ¿Y han oído del manco de día, cojo de noche? Soy yo— escuchó bromear al pelinegro en cuanto se acercó a la barra. Las chicas tardaron lo mismo que él en entender el chiste, mas fueron las únicas en estallar en carcajadas junto con el hombre. Supo que éste tenía una risa particular.

—Hey... — llamó la atención de algunas chicas. — ¿Alguna quiere salir a bailar? —señaló la pista

Las muchachas se miraron entre sí y luego largaron una risa. Incluso alguna que le había coqueteado las veces pasadas, se estaba riendo de él.
—Disculpa, estamos algo ocupadas ahora. — y todas volvieron a voltear hacia el pelinegro. Pero éste sí se quedó mirando a Jimin de arriba abajo, ladeando una sonrisa.

—¿Haciendo qué? — retrucó.

—Seokjin oppa es muy gracioso. —comentó una, posando su mano en el hombro del nombrado.
Seokjin, así que se llamaba Seokjin.

—Pero aquí se viene a bailar y beber, no es un club de stand up. —se cruzó de brazos.

—Ajá —dijo la chica y no le dio más atención. — Cuéntanos otro, por favor oppa.

The Kiss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora