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Tres semanas habían pasado ya, tres semanas en la que Jimin y Taehyung fueron a vivir a esa casa.
Taehyung estaba de colado por petición de su amigo, porque él tranquilamente podía ir a su trabajo todos los días, mas Jimin tuvo que excusarse con su jefe diciendo que su madre estaba enferma y tenía que ir a cuidarla por unos días. Perdón mamá.

Habían salido cada noche y, aunque se le hacía muy fácil llamar la atención de muchos, no se le hacía bonito tener que besar a ninguno por obligación, entendía a Jungkook a la perfección.

—Esto es tan difícil —Jimin peinó su larga cabellera, mirando a Taehyung sentado en su cama a través del espejo. — No puedo seguir así. Y mi jefe sólo me dio una semana más. No sé qué haré.

—Bueno... No sé, ¿por qué no sólo te besas con cualquiera? Cierra los ojos e imagina que es alguien más. ¿No?

—No es tan fácil, Taehyung. —chasqueó la lengua —Nunca me imaginé que me sería tan difícil besar a alguien.
Por cierto, viniste muy temprano hoy.

—Ah, sí, es que.. —mordió su labio inferior y desvió la mirada — Jungkook me invitó a desayunar y eso... —se alzó de hombros, notablemente avergonzado — Lo vine a buscar, pero me dijo que lo esperara un poco más.

—Ja, o sea que no viniste por mi. Qué gran amigo. ¿Cómo te está yendo con él por cierto?

—Me gusta. Me gusta mucho —confesó mirándolo de nuevo — incluso me mostró una foto suya de cuando era un chico. Jimin, tienes que ver lo precioso que en verdad él es. —se acercó al rubio, extendiendo una fotografía. Jimin la tomó y observó.

—Wow. Es bonito en verdad. —rápidamente Taehyung le arrebató la fotografía.

—¡Hey! Ten cuidado con lo que dices.

—Pero si fuiste tú el que-

La puerta de la habitación fue golpeada y, después de la autorización de Jimin, Jungkook asomó la cabeza.
—¿Tae? —preguntó avergonzado. —¿Nos vamos ya?

—¡Claro! —corrió hacia él y se detuvo —Ah, ya ya. —volvió hacia Jimin y lo abrazó —Gracias, gracias, gracias —se separó ante la mirada confundida de Jimin y volvió dónde Jungkook, para irse.

¿Gracias por qué?

—¿Jimin-ssi? —ahora era Halsey la que se asomaba por la puerta.

—¿Sí?

—Jin requiere tu presencia en la cocina. ¿Puedes ir? Por favor

—Estaré allí en un momento.

💋💋💋💋

—¡Jiminie! Viniste.

—Pues, tú me llamaste. ¿Qué necesitas?

—Hoy vas a ayudarme a preparar galletas, bueno, si es que quieres.

—Claro —dijo con ánimo — ¿Qué debo hacer? ¿Para qué soy bueno?

—Ufff, si te dijera —bromeó el pelinegro.

—¿Es que nunca dejarás de coquetearme? —preguntó con gracia, acercándose a la larga mesada, varios de los ingredientes ya estaban repartidos en tazones, listos para usar. —Lindo sombrero, por cierto.

—Ahí tienes uno para ti —señaló sobre la otra mesada —Y también un delantal. —Jimin tomó el sombrero de chef, colocándoselo junto con la prenda.

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