The Kiss

4

Luego de otra trompada al rostro de Seokjin por parte de rubio, media hora tratando de encontrar a Taehyung en ese gran departamento y convencerlo de que deje de perseguir a Jungkook, Jimin, él y Halsey se encontraban tomando el té en la sala.

—¿Tiene que ser alguien que me quiera románticamente? — indagó Jimin a la pelirosa.

—Supongo que sí —sopló y bebió de su taza.

—Es decir que si Taehyung me besa, no serviría de nada. —miró al castaño. — Porque tu me quieres en verdad, ¿o no?

—Te adoro, amigo, eres cómo un hermano para mí —sonrió, comiendo otra galletita — ¡Ah~ adoro las galletas!

—No me digas —bromeó Halsey — ¡Jungkookie! —llamó y al poco tiempo éste apareció en la sala. Esta vez traía un jean azul, botas y una camisa olgada.

—¿Qué?

—A Taehyung le gustaron las galletas. —sonrió y Jungkook no entendió — Oh~ Kookie, Kookie.~

Al comprender, no sólo se sonrojó él, sino también Taehyung —¡Cállate! —se dio la vuelta.

—¡Espera, espera! —se levantó. —Necesitaremos más galletas. Así que, ve a comprar los ingredientes. —ordenó —Puedes llevar a Taehyung.

—No.

—¡Sí! —se levantó el castaño. —Digo... Tengo mi auto si quieres ir...

—Será bueno salir un poco con alguien más que no sea Jin o yo —animó la única mujer de la habitación. — Tal vez en el camino logres cautivar a alguien que te pueda ayudar. —alzó las cejas.

Jungkook gruñó, pero aceptó a regañadientes.

— Te daré una lista de lo que quiero que compres.

💋💋💋💋

Halsey desapareció de la sala y Taehyung se había ido junto a Jungkook. Debía esperarlo porque de ningún modo se atrevería a salir a la calle solo.

Se decidió por distraerse, recorriendo la casa, viendo qué podía encontrar.
Pasó por el pasillo, observando con detenimiento algunas pinturas. El ruido de una máquina de cocer llamó su atención y siguió el sonido. Llegó a dos puertas que lo separaban de la siguiente habitación, pegó su oído a éstas, definitivamente alguien estaba usando una máquina de cocer. Golpeó y entró.
—¿Hola? —¿viviría otra mujer a parte de Halsey ahí?

—¿Jimin-ah? — Seokjin se asomó por detrás de la máquina, deteniendo su labor — ¿No te oí llamar? ¿Lo hiciste?

—Sí —dijo confundido —¿Estás cosiendo ropa? —preguntó curioso, observando la habitación en la que estaba. El tono rosado en varios detalles resaltaba por todos lados. Una cama bien tendida y ordenada, junto con un perfume suave caracterizaban ese cuarto.

—Claro. Estoy haciéndome un hermoso pantalón —sonrió. —¿Quieres sentarte a mi lado, Jimin-ah?

—No... La verdad, estás confundiendome mucho. ¿Esta es tu habitación?

—Por supuesto. ¿No es preciosa? —preguntó orgullosamente.

—Se ve acogedora.

—Me gustaría acogerte en ella. —bromeó y Jimin tosió por el claro doble sentido que Jin le dio a esa frase.

—¿Vas a seguir filtreando conmigo después de ver el claro odio que te tengo?

—¿Y por qué ese odio? —se levantó, yendo hacia él.