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Es triste cuando las personas no reconoce tu escencia. Cuando tu ser único pasa a ser una copia de algo que ya existió en algún momento de la historia. Es triste que de todo el mundo no seas una individualidad, si no la construcción de alguien.

JungSook se miro en el espejo que estaba en el baño. Detalló su cara, su nariz, su labios, su sonrisa, la forma de almendra de los ojos, su cabello cafe oscuro bordeando el negro, una cicatriz pequeña en su mejilla izquierda y el peculiar lunar que escondía debajo de sus labios.

Es alto, delgado pero con músculos trabajados... su piel era un poco tostada y acanelada pero clara. Sus dedos eran largo y podía pasar horas describiendo exactamente sus cualidades físicas, pero se entristece al saber que era solo un invento y el anhelo de cierta persona al recrear un ser que ya no existe.

Si, eso lo recuerda bien.

Su misión era ser Jungkook ... pero ¿quién  era él? Ni siquiera sabía el tono de la voz ni la manera de pensar, unicamente cuenta con vagos recuerdos ajenos de ese chico que no es capaz de plasmar en sus sentimientos ni conducta.

Jimin no entendía eso.

Sale del cuarto, se pone una sudadera negra que cubre su torso. De reojo, en plena mañana, el único despierto era SoonBin, leía un libro de cubierta desgastada.

-¿Supongo que el líder no esta de buen humor, hyung?

JungSook se hecha en el sofá y lanza  sus cabellos hacia atrás. Los brazos cuelgan a los costado del diván al igual que su cabeza mientras el cuello queda expuesto. Su mirada esta en el techo de madera, habia exactamente 33 manchas y si no arreglaba la gotera serían 34. Una información basura.

-Estás en lo correcto -murmura.

-¿Haz pensado decirlo? -el menor alza una ceja cerrando el libro y suspirando con pesadez.

-Creo que solo actuare, después de todo ni le importo -se rasca el cabello para reincorporarse y mirar al castaño del frente.- Ya falta poco, ¿le enseñaste a Jeonjunnie hacer las bombas?

Soonbin ríe y suspira.

-No es tan fácil, el chico se esmera en la computación.

JunSook rie.

-Recuerda que falta poco tiempo para atacar a otra central, la última vez nos faltaron un poco más de bombas. La próxima será en China -le sonrie- debemos alistarnos pronto.

Soonbin se levanta del diván junto a JungSook. El menor le da unos cuantos golpe en la espalda del mayor, sin embargo se detiene y antes de retirarse balbucea ciertas cosas.

JungSook sólo asiente y sonríe de forma melancólica.

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Era las doce del día, cada uno ejercía un papel en la pequeña cabaña aislada. Jimin miraba con atención su pistola y dispara con los ojos cerrados alcanzando la puntería perfecta.

Escuchó unos aplausos y murmullos. No dijo nada, solo ayudo a que otro hiciera lo mismo y así.

Era la hora de entrenar.

JungSook miró el cielo desde la ventana, se pregunta si su destino ya estaba planeado. De forma disimulada observa a Jimin.

No lo niega ni por un segundo, es hermoso pero su carácter fuerte muchas veces lo supera.

Entonces siente una mano posar sobre su hombro. Aquello lo sobresalto demasiado. Se pregunta cuanto tiempo paso mientras pensaba en Jimin ya que no se percató cuando a su lado encontró esos bellos ojos tan fríos, lleno de tristeza.

Y pues, eso era  lo que reflejaba la mirada de Jimin, aún no se perdona de las acciones del pasado, aunque trate de convencerse de que las cosas suceden por algo, no puede.

Hay días que sueña con Taehyung su mejor amigo y llora por haberlo dejado morir. Hay días que sueña con Jungkook y el dolor es más fuerte, hay veces que sueña con Yoongi, y no hay perdón.

No puedo perdonarse.

Pero JungSook, cuando atisba unas pequeñas lágrimas en esa tristeza sin fin, cuando nota como relame sus labios y una pequeña sonrisa atisba en su rostro, trata nuevamente de no llenarse de esperanza que sintió e inundó su ser de esa primera vez que acaricio la suave piel debajo de las sábanas.

No, JungSook sabía que ya no habia vuelta atrás.

-Tengo algo que decirte JungSook -menciona Jimin mientras se sienta al lado de este y apoya su cabeza en el hombro del contrario-. Pero no se por donde, exactamente, empezar.

-Dilo cuando lleguemos a China -murmura JungSook tratando de ser lo más neutro.

Entonces se da cuenta como esos ojos que adora abunda la expectación mientras suspira.

-Como desees.

El chico más bajo se levanta, pero antes de retirarse le dedica una última mirada dejando un papel en la palma del castaño oscuro.

Lo abre lentamente y lee el mensaje.

¿Por qué? ¿Por qué lo tienes que hacer todo tan difícil Jimin? ¿Por qué no sólo te dejas amar por alguien más cuando no lo puedes hacer por ti mismo?

Rᴇꜱɪꜱᴛᴇɴᴄɪᴀ ﹙ ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ ﹚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora