CIRCUS

CAPÍTULO 9: MALOS RECUERDOS REGRESAN

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-¡mamá!- la chica llena de moretones estaba prácticamente arrodillada y con el rostro irreconocible, sólo se podía identifica por su hermoso cabello que ahora no parecía más que un nido de pájaros.

-¡No me toques maldita zorra!- otro golpe fue a parar en el rostro de la joven, este fue incluso más fuerte que los anteriores. La chica trato de parar la sangre que comenzó a caer por su nariz con su mano más siempre había sido una chica muy torpe así que hizo todo lo contrario -¡ Ni para eso me sirves! ¡maldito el día en que te pari!-

A Pesar de las crueles palabras de su madre la joven seguía intentando llegar hasta sus faldas, la mujer simplemente la miraba con asco; era como si realmente no fueran madre e hija.

-m-mamá- dijo con lo que podría ser su ultimo aliento.

-¡Fuera de aquí! ¡no te quiero volver a ver!- la señora estaba hecha una furia, cogió a la joven de las greñas y se la llevó arrastrando hasta dejarla a las afueras de su casa.

-¡Mamá! ¡hace frío, está demasiado helado! ¡mamá! ¡por favor, duele!- Los pies de la chica estaban descalzos y tocaban directamente el hielo que se había formado por las lluvias del día anterior, sus vecinos miraban con horror la escena sin atreverse a echar la mano al fuego para ayudarla, pero sintiendo pena por la desgraciada.

El dia de ayer se había celebrado una boda, la chica seguía con su vestido de novia; pero, esta vez la hermosa tela estaba pintada de sangre y barro, la novia ya no estaba maquillada y alegre como el día anterior.

-¡muere de frío! ¿no te gustaba usar mucho esas faldas a la vista de todos? ¡pues entonces toma lo que mereces! ¡no vuelvas a mostrar tu cara por aquí!- La madre de jingyi cerró la puerta de abeto con tal fuerza que la nieve que estaba acumulada en el techo cayó y cubrió el cabello de la chica.

Jingyi se quedo viendo la puerta con lágrimas, sangre y barro mezclados, después de un rato volvió a intentar ablandar el corazón de su madre.

Lo que pudo ver la encargada de la sastrería que vivía al frente fue que la madre de la joven respondió a sus reclamos del frio con una tetera con agua hirviendo. La madre cruzó miradas con la sastre por un segundo y despues volvio a entrar en la vieja casucha.

Después de medio día, Jingyi lo pensó mejor, estaba al borde del colapso, tambaleando fue a buscar refugio en la casa de una amiga, la chica se sorprendió de ver a Jingyi en tal estado y se ofreció a ayudarla, pero desgraciadamente el dueño no permitía invitados así que una semana fue lo que la amiga de Jingyi pudo darle en un hotel.

Las heridas del agua hervida quedarían para siempre y sería un recuerdo de lo que pasó esa noche.

-toma, es un poco de sopa- le ofreció su amiga mientras revisaba nuevamente las heridas.

-Gracias...- La amiga de Jingyi era doctora, ella la conoció mientras el tío de ella la llevó al hospital para practicar; Jingyi era una chica muy enfermiza desde joven, por lo cual tenía que ir a revisarse regularmente.

-los moretones deberían desaparecer pasado mañana con esta medicina, pero me temo que no puedo hacer nada con las heridas del agua, lo siento-

Jingyi negó con la cabeza - no importa-

-lo bueno es que no cayó en tu rostro, podrás cubrir tus brazos con abrigos y no se notara- cuando la chica se aseguró de haber tratado la hinchazón, bajo sus mangas y guardar el botiquín.