Día 1

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—Oh, Dios mío, esto luce como un montón de basura.

Hoseok dejó de caminar y miró el ramo en el mostrador.

—Saca las petunias —dijo, para luego continuar caminando hacia las ventanas con el propósito de cerrar las cortinas.

Con suavidad, Yoongi sacó cada petunia y las colocó sobre el mostrador, mientras que Hoseok ataba las cortinas de la ventana con una cinta rosa. La tienda estaba tranquila, y la ciudad apenas comenzaba a despertar. En el exterior, el sol descansaba en el horizonte, proyectando un brillo en el cielo del color de la cinta con la que Hoseok ataba las cortinas. Una vez que cada petunia estuvo fuera, Hoseok se movió hacia la última ventana, y Yoongi retrocedió un paso para mirar el ramo nuevamente.

—Wow —exhala—, tenías razón. Ahora se ve mejor.

Hoseok dejó caer la cinta que llevaba en la mano.

—Espera, ¿de verdad? ¿Tengo razón sobre algo relacionado a flores?

Yoongi asintió y miró a Hoseok con una sonrisa creciente.

—Debe habérsete pegado de mí.

El menor hizo inmediatamente una mueca y se inclinó para recoger la cinta.

—Por favor, nunca vuelvas a decir eso, no quiero pensar en algo tuyo pegado a mí.

El rubio puso los ojos en blanco y se dedicó a sacar un jarrón de la sala de almacenamiento para guardar las petunias. Una vez que estuvieron acomodadas, llamó a su amigo—: Hobi, ¿puedes...?

—No —respondió, sin levantar la vista de su teléfono.

Yoongi lo miró teclear en su teléfono por varios segundos.

—Seokie...

—No.

Yoongi frunció el ceño.

—¿Qué pasa?

Hoseok finalmente levantó la vista de su teléfono y señaló con el dedo al florista.

—Estás a punto de enviarme a repartir flores, y no voy a hacerlo.

—Sólo necesito que entregues estos...

Hoseok volvió a mirar hacia su teléfono otra vez.

—Nah.

—Hoseok.

—Oh wow, usaste mi nombre.

—Jung Hoseok.

—¡Wah! ¡Mi nombre completo!

Yoongi esperaba que Hoseok le mostrara una brillante sonrisa y se acercara a tomar el ramo, pero no lo hizo. Se quedó allí, con su teléfono. Ignorando a Yoongi.

Como si pudiera sentir la angustia, Hoseok finalmente guardó su teléfono. Se acercó al mostrador y se inclinó sobre él para apuntar un dedo contra el pecho de Yoongi.

—Escucha, Yoongs, doy clases de baile. No quiero ser un florista o algo parecido. Enseñar danza es mi trabajo.

Yoongi se detuvo.

—¿Estás diciendo que... quieres que te pague por eso?

Hoseok gimió.

—Yoongi, incluso Taehyung cree que necesitas a alguien que te ayude.

El florista suspiró. Él conocía a Hoseok desde la escuela, pero a Taehyung apenas desde hacía unos cuantos meses. No estaba 100% seguro de cómo se conocieron él y Hoseok, pero sabía que Taehyung entró al estudio de baile donde Hoseok estaba practicando después de acabar sus clases. Estaba llorando, mojado por la lluvia y sin hogar, por lo que Hoseok decidió acogerlo. Han estado viviendo juntos desde entonces. 2 semanas después de eso, Hoseok entró en la tienda con Taehyung siguiéndolo, tenía la cabeza gacha y sus ojos evadían los de Yoongi. Antes, Taehyung era tímido, reservado. Ahora, después de varios meses, era todo menos eso.

Bring Me Home ※ YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora