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Soonyoung está corriendo. La respiración amenazando con detenerse a los segundos pasar y sus músculos provocando leves caídas en él. Se encuentra en la clase de deportes que había estado evitando con tantas ansias, debido a que él puede escuchar sus voces murmurar.

—¿Has logrado ver alguna marca en su piel?

Les oye susurrar, con sus manos tapando su boca en busca de ocultar su curiosidad. El pequeño quiere alargar más sus prendas en un intento de ocultar su blanca piel, él los escucha hablar mucho más y la incomodidad se expande por él.

—¿De qué son las cicatrices en sus manos? ¿Por qué no las tapa como todo lo demás? Como lo ha hecho con eso

Corre mucho más rápido, pidiendo porque los minutos pasaran y la prueba acabara. Sin embargo se le hace eterno cuando las voces ajenas se alzan por encima del dolor concentrado en su tobillo, empeorando al sentir el cuerpo de alguien más acercándose de más en él. 

—¿Te he lastimado, Kwon?

Ignorando la falsa preocupación, la respiración irregular de Soonyoung hace que caiga de rodillas en la pasto seco. No llora pero su rostro se enrojece, su boca se abre en busca del aire que nunca llega y el terror en sus ojos al sentir la mano de alguien más en su cuerpo provoca que muchos se alejen asustados.

Y una voz lejana murmura.

—¿Por qué se asustan? ¿Es que no ven que le gusta? Es a lo que está acostumbrado, tontos. 

Como idiotas adiestrados, ellos asienten y lo dejan allí botado.

A su suerte, Soonyoung sólo murmura palabras ilegibles, él busca los brazos de mamá en medio de las alucinaciones producidas por la falta oxígeno en él.

Soonyoung, ¿por qué has llorado en clase?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora