Me encontraba recostado, aun durmiendo. No tenía razón alguna por la cual querer levantarme hasta que...
—Estoy en casa— aviso mi amado Akashi entrando al cuarto, provocando gran emoción en mí y levantándome de inmediato para saltar sobre la cama y recibirlo con leves sonidos, solo se había ido al instituto y aunque era poco tiempo, para mí fue una eternidad. Y a pesar de que trate reducirlo, comiendo mi desayuno, caminando un poco por la casa y volviendo a dormir, sin embargo, no era lo mismo. Lo bueno es que ya está aquí esta y podre estar todo lo que resta del día con él.
Al entrar lo escucho suspirar y se deja caer sentado en la cama a un lado mío, ladeo la cabeza algo confundido y paso mis patas delanteras en su regazo, me dedica una pequeña sonrisa y me acaricia la cabeza —Todo en el instituto es tan aburrido, quisiera poder llevarte— "Akashi-kun yo también quisiera ir, para estar contigo todo el día" pensé mientras que lo único que podía hacer era ladrar para mostrarle mi apoyo.
—Me alegra que pienses igual— dijo tomándome entre sus manos y me cargándome hasta quedar cara a cara a lo que yo lamí su nariz, este es un típico cariño que solo le doy a él "No este triste Akashi-kun no me gusta verle deprimido." Él sonrió y asintió, parece raro y aun así es como si Akashi y yo tuviéramos una conexión especial, pues con solo ladrar un poco y mostrándole un cariñito algún cariño, le digo todo sin decir nada y mágica él me entiende —No te preocupes estoy bien— comenta tratando de tranquilizarme, pero termina suspirando y mientras me baja al suelo.
—Mejor vayamos a la cocina, tengo que ver si la comida esta lista— habla mientras comienza a quitarse su uniforme, yo lo observo atento. Al terminar camina hacia la puerta, pero antes de abrir, me pregunta deteniendo sus movimientos —¿Recorrerás la casa después de la comida Kouki? — y caminando a la puerta para estar a su lado ladro para decir: "¡Así es!" Tras este sonido que parecía afirmar a su pregunta, Akashi solo sonrió, una sonrisa preciosa. Y esta pregunta es a causa de que, tengo la costumbre de dar vueltas por la casa cuando Akashi y yo terminábamos la comida para que pudiera hacer tareas o descansar a gusto. Ya que el es un alumno muy diligente y organizado.
Después de pasar algunos pasillos y de bajar las escaleras de una gran casa, que algunas veces escuche decir a los amigos de Akashi que era una mansión, porque era enorme, y aun así solo puedo decir que es una casa digna de la gran y respetada familia Akashi.
Llegamos a la cocina, donde se encontraba un joven apuesto y una linda señorita, los cuales eran el cocinero de la familia y una de las sirvientas más joven, ambos haciendo sus labores.
—Buena tarde joven amo, ¿se le ofrece algo? — preguntó respetuosamente la joven sirvienta.
—No, en realidad no, solo quería saber el platillo de hoy— comento el joven de cabellos rojos, restando le importancia al tema.
—Oh, pues para el agrado del joven amo— hablo por fin el hombre de cabello rubio, sostenido por una redecilla y su gorro de chef —Porque el menú de hoy es su favorito.
—Eso me alegra, porque huele delicioso Frederick.
—Me alaga joven, sabe que solo hago mi trabajo— dice sosteniéndose las mejillas y negando con la cabeza, con mucha emoción, Frederick ha trabajado por mucho tiempo para la familia o al menos desde que yo recuerdo, y siempre ha sido un hombre de extravagante personalidad. Akashi me ha dicho que al ser extranjero es un hombre muy expresivo, aunque a mí me parece muy normal, Takao-kun es japones y aun así es muy animado.
—Mai— la nombrada volteo —¿Me podrías llevar la comida a la habitación? Y mi padre se encontrara ocupado con la empresa, así que llegara tarde— dijo mi preciado Akashi dándose la vuelta y cuando estaba a punto de seguirlo se detuvo —Y el alimento de Kouki— por fin se dispuso a seguir caminando y yo lo seguí.
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Mi pequeño Chihuahua
RomanceCosas raras pueden llegar a pasar en la vida de alguien, más específicamente, en la vida de 5 chicos y sus mascotas. ¿Te imaginas encontrar el amor en tu mascota? Pues Akashi Seijuro jamás lo pensó, pero hay sucesos que pasan sin avisar, el amor es...