Estaba asustado, no podía soportar esta situación. Hui del departamento, como lo hice hace tiempo con mis hermanos, todo es tan diferente, y será aún más diferente.
Con mis hermanos me fui de casa porque todos estaban yendo de frente, Akise, era ahora el presidente de la compañía familiar, Atsumi y Atsuto comenzaban a triunfar en la música, por fin tenían un contrato con una buena disquera; ambos con 26 años y parecía que tenían un gran futuro por delante. Y Akira a pesar de lo que parecía era un adolescente problemático, se encuentra en una de las universidades más prestigiosas de Kioto, siendo un alumno destacado y popular. Mientras yo había tenido el básquet en la secundaria, pero en ese momento estaba pasando por un momento donde parecía que ya nada importaba y que estaba en un agujero oscuro profundo, tras la sombra de mis hermanos. No tenía ningún futuro, más bien no quería ir al futuro, ese lugar en donde todo dejan de ser lo que son ahora y se vuelven algo desconocido. Tenía miedo y solo pude huir, así como ahora.
Ahora con esta nueva situación, no sabía que hacer. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué ahora que sentía que todo estaba bien? ¿Cómo un joven tan bello como Himuro podría ser mi gato Tatsuya? Lo peor era que de seguro se iría, querrá seguir con su vida y de nuevo me quedare atrás, sin un futuro al cual querer ir.
Mientras estos espantosos pensamientos rondaban mi cabeza, no paraba de caminar a paso firme entre la ciudad, simplemente salí sin un rumbo fijo, sumergido en mis ideas y ahora recordaba por qué odiaba caminar entre la gente.
Nadie tenía la decencia de disimular la mirada, todos a mi alrededor me observaban impactados, mi altura no era una de las cosas que más me encantaran de mi persona, pero toda mi familia es así, incluso Atsumi es una chica alta.
Para colmo ni siquiera susurran sus comentarios, pareciera que querían que note lo que dicen y gritan sus impresiones; lo típico "Wow es muy alto" "¿Cómo alguien puede crecer así?" Incluso algunos chistosos que tratan de burlarse de mí, pero que yo solo los ignoro.
La gente es totalmente estúpida, y aun así no quiero regresar al departamento, Tatsucchin estaría esperándome, o puede que si voy quiera hablar conmigo sobre irse, no, no quiero regresar.
Seguí caminando, hasta que en seco me detuve, no sabía del todo donde estaba, pero era un parque, eso seguro. Me adentre en él y a pesar de la hora, podía escuchar pasos desenfrenados, alguien estaba jugando. Seguí el sonido hasta llegar a las canchas de básquet del parque y ahí estaba un chico alto de cabellera roja oscura, persona que yo conocía, Kagami Taiga, estaba ahí y estaba jugando como loco, cuando iba a acercarme para saludarlo, pude ver como de la nada recibe un pase, asombrado, dirigí mi vista al lugar del que había provenido el paso y ahí se encontraba un chico de baja estatura y cabello azul claro. Por poco no lo había visto, es como un fantasma.
—Gracias Tetsu— le dijo Kagacchin al chico fantasma mientras le dedicaba una sonrisa al más bajo y se acercaba a él, para acariciar su cabello.
—¿Kagacchin? — pregunte, atreviéndome por fin a hablar y revelando mi presencia. ¿Había escuchado bien? ¿Había llamado a ese chico Tetsu? ¿Cómo Tetsucchin?
Kagami se dio la vuelta y me miro sorprendido —¿Mu-Murasakibara? — pregunto sorprendido de mi presencia en ese lugar, de seguro era porque ellos vivían algo retirados de mi casa, para nada era mi rumbo. Ignorando eso me acerque a ellos y levante mi mano a modo de saludo.
En verdad todos son humanos ahora.
—Murasakibara-kun, hola— di un salto ante repentino saludo, no me había percatado el momento en que se paró a un lado mío —¿Viene a jugar con Kagami-kun? — me pregunto, inexpresivo, sin que algún musculo de su cuerpo se moviera más que su boca, pero con un intenso brillo en sus ojos, como el brillo de un cachorro emocionado por jugar. Definitivamente era Tetsucchin.
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Mi pequeño Chihuahua
RomanceCosas raras pueden llegar a pasar en la vida de alguien, más específicamente, en la vida de 5 chicos y sus mascotas. ¿Te imaginas encontrar el amor en tu mascota? Pues Akashi Seijuro jamás lo pensó, pero hay sucesos que pasan sin avisar, el amor es...