Lidiar Con El Demonio [HaeHyuk +18]

02

Después de un rato, bajé a la cocina por un poco de agua y allí encontré a mi madre. -Hijo, ¿a que hora llegaste?, no te escuché-

-Llegue hace unos minutos pero enseguida fuí al baño, siento no haberte avisado- Le sonreí y ella tocó mi frente.

-¿Estás bien? te noto un poco pálido- Me tomó de las mejillas y asentí, es obvio que no iba a decir algo como "no no estoy bien ¿y sabes por qué?, porque anoche tuve sexo con Asmodeo que está en el cuerpo de un sexy hombre que murió". -Bueno, ¿quieres comer algo?, preparé tu comida favorita y...- Me soltó. -Compre lechitas de fresa- Ante estás palabras una gran sonrisa apareció en mi rostro y ella me guiñó un ojo.

-Vamos a comer~~~- Di pequeños saltitos.

***

Una vez que terminamos, me tocó a mí lavar los trastes. Puse un poco de música en YouTube para animar el ambiente, tarareaba las canciones que salían y aunque algunas no las conocía, las dejaba.

-Asi que te gusta la leche de fresa- Grité, él soltó una ligera risita. -Eres todo un niño- Se sentó en la barra.

-¿¡Que haces aquí!?- Mi voz salió un poco fuerte. -¡Te dije que te fueras!-

-Y yo te dije que volvería en la noche...aunque a decir verdad, te extrañaba- Me miró a los ojos. -A que sabe?-

-¿Qué cosa?-

-La leche de fresa-

-A fresa, ¿que nunca la has tomado?- Negó, me sorprendí al escuchar sus palabras, ¿quien en esta vida no ha tomado lechita de fresa?, él al parecer. Terminé de lavar los trastes y tome un cartoncito de la lechita, coloqué el popote y le tomé, gimiendo de lo rica que estaba, de pronto sentí sus ojos posarse sobre mí. -¿Quieres?- Él asintió y estiré mi mano, pero antes de que la tomara volví a tomarle. -Si prometes irte-

-Esta bien- Le entregué la cajita. Probó un poco y sus ojos cambiaron de color al igual que su mirada. -Wow, esto sabe delicioso-

-Ya, fue mucho- Le quité la cajita y cuando quise tomarle, ya no había nada. -¡Oye! te la has acabado...- Fruncí el ceño y lo fulmine con la mirada. -Largo, ya- Lo último que escuché fue su risa retumbar en mis oídos y desapareció. -Demonio estúpido-