"París"

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París


Son las cinco de la tarde y acabamos de llegar al Hotel donde pasaremos los primeros días de nuestro viaje. Es efectivamente el mismo hotel donde nos hospedamos para nuestra luna de miel.

Peter está ansioso por salir a recorrer la ciudad, así que organizamos las cosas en nuestras habitaciones y nos disponemos a pasarlo bien aunque falte poco para el anochecer.

Tomamos el ascensor y bajamos al vestíbulo. Tony toma quedamente mi mano mientras caminamos a la salida, yo la sostengo con firmeza y algo de nostalgia.

― ¡Vamos rápido! ―Tony sonríe por la impaciencia de Peter y llama su atención de forma suave.

―Pet, tranquilo, tenemos tiempo de sobra. ¿Dónde quieres ir primero?

― ¿Dónde fueron ustedes primero? ―Tony me miró como esperando una respuesta de mi parte.

―Lo primero que hicimos fue dar un paseo en los cruceros que recorren el río Sena. ―recordé ese viaje con tanta claridad como si hubiera sido ayer. Observé a Tony en busca de confirmación y algo en su mirada me perturbó, estaba como ida, perdida en algún punto de la calle, ¿Acaso no fue eso lo primero que habíamos hecho?― Eso fue, ¿Verdad? ―Sacude un poco su cabeza.

―Perdón, me distraje y... no escuché ―Lleva una mano a su sien― ¿Qué decías?

―Que lo primero que hicimos fue dar un paseo por el Sena.

―Ah, sí, eso fue lo primero que hicimos. ―Dirige su mirada al río nuevamente― Después fuimos al Pont des Arts y pusimos un candado. Me pregunto si seguirá ahí o será parte de los que quitaron hace un tiempo atrás ―se pierde por un instante en sus recuerdos hasta que Peter lo trae de vuelta.

― ¡Tenemos que buscarlo! ¿Podemos hacer eso mañana?

―Claro, será divertido ―respondo, esperando que realmente ese candado continúe en el mismo lugar.

***

Llegamos a la agencia de turismo, revisamos los tours y compramos los tickets para la siguiente embarcación, subimos al crucero y quince minutos después estamos comenzando el recorrido desde Parc de la Villette.

Después de las indicaciones iniciales, Tony camina a la orilla y apoya sus manos en el barandal. Luego de pensarlo un rato voy y le abrazo por la espalda, recuerdo que hice lo mismo en nuestro primer viaje, echa su cabeza hacia atrás y la apoya en mi hombro, me dejo llevar y beso su cuello. Siento como se estremece entre mis brazos.

―Te ves cansado, Tony ―Susurro con los labios aún apegados a su piel, respirando su aroma tan característico.

― ¿Quién no se cansa después de un vuelo tan largo? ―Se toma un segundo― además de ti, claro.

―Peter ­―respondo como si fuera lo más obvio del mundo.

―Buen punto ―Observamos a Peter, quien está entretenido mirando el río y disfruta del recorrido tanto como nosotros. Poco a poco nos acercamos al Notre Dame, lugar de nuestra primera fotografía― iré a por Pet para que nos tomemos una foto frente al Notre Dame, ya regreso.

Voy por Pet y en el camino de regreso le hablo a una de las trabajadoras de la embarcación y le pido que por favor nos tome la fotografía. Ella camina con nosotros hasta llegar donde Tony, que se encuentra apoyado aún en el barandal, le miró con atención, está más pálido que hace un rato. Nos divisa y sonríe mientras alza sus brazos hacia Peter, quien se larga a correr hasta llegar a su lado.

Tony levanta a Peter, puedo notar una mueca de dolor en su rostro, y lo posiciona con cuidado sentado en el barandal ―Afírmate de Steve y de mí, no te vayas a soltar― Peter asiente y se afirma con fuerza. La chica amablemente toma más de una fotografía. Le agradezco luego de bajar a Peter y continuamos disfrutando el recorrido.

Nos sentamos en una de las bancas del crucero y vemos las fotografías recién tomadas. Tony se apoya una vez más en mi hombro y susurra "Te amo tanto, Steve Rogers" Peter nos observa con sus grandes ojos ilusionados y no puedo evitar responder ―Yo te amo más.

Siempre me ha sorprendido lo mucho que le gusta a Peter las muestras de cariño entre Tony y yo, es un chico especial y eso sólo hace que le quiera más. De pronto la culpa me invade. Dentro de poco yo terminaría con esa magia y quizá ese brillo en sus ojos se vea empañado por mis decisiones.

Tony me saca de mi letargo cuando estamos por pasar bajo la cámara de la Bastilla apretando mi mano. Posa sus ojos en los míos y me lee como un libro abierto, "sólo disfrútalo" susurra cerca de mi oído.

***

Al terminar el paseo, Peter tiene en su poder la cámara fotográfica con más de cien capturas, la mayor parte, tomadas por él mismo. Tomamos un taxi para volver al hotel, durante el recorrido Pet decide hojear las fotos y nos va diciendo cuáles son sus favoritas, de a poco el cansancio se va apoderando de él y se duerme entre los brazos de Tony.

―Steve, ¿Puedes llevar a Peter? No quiero que despierte ahora y se le espante el sueño ―tomó a Peter y Tony paga la carrera al taxista. Al bajar del vehículo veo a Tony caminar con un poco de dificultad.

―Tony, ¿te duele algo?

―Oh esto, no, sólo se me adormeció la pierna, no es nada. ―Asiento y continuamos con el recorrido hasta nuestra Suite.

Llegamos y acuesto con cuidado a Pet en su cama. Vuelvo a la sala y escucho a Tony pidiendo servicio a la habitación ― ¿Qué has pedido?

―Té para mí, vino para ti y una tabla mixta de carne y quesos, con unas salsas exquisitas, te sorprenderás.

Sonrío divertido y me acerco más a él ―Sabes que el alcohol no me hace nada.

―Combinado con un poco de licor asgardiano, cortesía de Thor, yo creo que sí. ―Dice mostrándome una licorera no muy grande.

Me acerco un poco más, quedando a escasos centímetros de su rostro ― ¿Está tratando de embriagarme, Sr. Stark?

―Yo jamás me atrevería a recurrir a tal bajeza, Capitán Rogers ―me desafía con la mirada, le sujeto del mentón y junto mis labios con los suyos. Sé que está mal, pero no puedo resistirlo. Él responde el beso con la misma intensidad de siempre. Tomó su cadera y lo apegó más a mí para luego deslizar mis manos por debajo de su camisa y recorrer su espalda. Tony entrelaza sus brazos por detrás de mí cuello. La temperatura en la habitación parece subir de forma agresiva y la magia se rompe con el sonido de la puerta.

Ambos respiramos agitados, suelto con fuerza el aire de mis pulmones y aclaro mi garganta, en el camino a la puerta arreglo mi ropa y mi cabello. Recibo amablemente el pedido y llevo el carrito hasta el centro de la habitación.

― ¿En serio beberás té? ―Pregunto alzando una ceja y él sonríe

―Me encanta ese gesto que haces ―me apunta con el control del aire acondicionado― y sí, beberé té.

―Oh por favor, bebe una copa conmigo ―digo entre desafío e invitación.

―Bueno, si me lo pides de esa forma no hay como negarse.

Pasamos la velada de forma tranquila, nos sentamos en la terraza a beber el vino, la vista es hermosa y Tony apoya su cabeza en mi hombro nuevamente "Me gustaría que este momento no terminase nunca" dice y a mí se me oprime el corazón. ―Tony...

―No, no digas nada. No era mi intención hacerte sentir incómodo, perdón ―Se incorpora y se aleja con un par de pasos.

Me acerco despacio, le doy la vuelta para quedar frente a frente y le abrazo ―Está bien.

Tony pone un poco de distancia con sus manos sobre mi pecho, me observa unos segundos ― ¿Puedo culpar al vino?― traga saliva ―Déjame culpar al vino― sus ojos brillan acuosos, acaricio su mejilla y le besó una vez más, "culpemos al vino", lo llevó lentamente hasta el sofá y continuó besándole con una necesidad que hace mucho tiempo no sentía. Sin duda la noche recién comenzaba.

***

Al día siguiente, tristemente no encontramos el candado, pero pusimos uno nuevo ante la insistencia de Peter, esperando que éste no sufriera el mismo destino que el anterior.

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