2

9 2 0
                                    

Miro al techo intentando calmar mi respiración mientras la alarma hace su trabajo hace 3 minutos.
Suspiro y apago la alarma de una vez para ir a prepararme el desayuno; una taza de café con un panecillo.

Tras acabar el desayuno entro al baño para lavar mis dientes y mi cara para luego observar e en el espejo. Mi pelo oscuro luce desaliñado, como todo yo pero no hay problema con ello por ahora.

Camino hacia el escritorio de mi habitación, donde descansan un diccionario francés-español y varias hojas. Últimamente tenemos clientela francesa muy a menudo, así que nunca viene mal saber un poco del idioma.

Recibo un mensaje de mi jefe, lo que quiere decir que hoy definitivamente hay mucho trabajo.
Me siento en el escritorio y en mi ordenador empiezo a adelantar trabajo, hoy va a ser un día bastante pesado.
Mi teléfono vuelve a sonar, la segunda alarma me avisa de que debería empezar a alistarme para ir al trabajo.

Me pongo el traje, los zapatos, me arreglo el pelo, agarro mi chaqueta y guardo el ordenador en una mochila. Porque si, llevo el traje casi por gusto ya que allí donde trabajo no es obligatorio, pero en fin.

El sonido del timbre me desorienta unos segundo antes de ir hacia el contestador y preguntar quien es.

– Tu hermano favorito –la voz de John por el telefonillo hace que acaricie el puente de mi nariz al instante.

– No puede ser, mamá dijo que lo secuestraron cuando era pequeño –puedo ver cómo hace u un puchero gracias a la cámara instalada en el telefonillo.

– Eres malo, ¿lo sabías? –pregunta con voz infantil.

– No es mi culpa, –alzo los hombros como si este me estuviera viendo. –me ayuda a dormir por las noches, ¿sabes?

Finalmente le abro la puerta tras ver que se me hace tarde. Vuelvo a por la mochila que había dejado en mi habitación y cuando vuelvo a la sala me encuentro a John en la puerta, con una maleta en una mano y una jaula en la otra.

– Sea lo que sea eso no se puede quedar –suelto al instante.

– Pero –levantó el dedo índice en señal de que nada de lo que diga me hará cambiar de opinión.

– Ya me has oído. Tu cuarto está al fondo a la izquierda. –señaló el pasillo que lleva hacia las habitaciones. – Yo me iré ya.

Este sólo asiente con la cabeza esperando a que me vaya. Salgo del apartamento y me pongo en marcha al trabajo. Hoy será un día largo.

Nada más llegar entro a mi despacho y preparo el lugar de trabajo para estar cómodo antes de ponerme al tema.

Alguien llama a la puerta, desviando mi atención del ordenador a la puerta. Un chico asoma la cabeza por la puerta levemente, dejando ver sólo la mitad de su cuerpo.

– Perdón por la interrupción, el jefe me pidió que le diera un mensaje –dice tímido. Debe ser nuevo.

– Claro, dime. –respondo, depositando en él toda mi atención

– Mañana habrá una reunión a primera hora con la compañía CSF SL en la sala 9, los detalles se los enviaré por correo si no le importa –parece dudar de lo que dice.

– Está bien –digo finalmente antes de volver a la pantalla.

Tras terminar el papeleo de hoy, hecho un vistazo a mi correo antes de volver a casa para comprobar que, como había dicho, el correo con la información de la empresa había sido enviado.

Salgo de la oficina ofuscado y mientras vuelvo a casa pienso en cómo preparar la reunión de mañana.

El tema es un nuevo sistema operativo en proceso de diseño que no termina de convencer a la compañía, por lo que habría que discutirlo. En algún momento debía pasar...

Llego a casa y al abrir la puerta me llega un rico olor a comida. Miro a John sorprendido, ¿cuándo aprendió a cocinar este canijo?

– Bienvenido –saluda desde la cocina.

– Hola –sigo sin salir de mi asombro. La sala está en perfecto estado, no hay nada roto, nada fuera de su lugar.

– Vete a dar un baño que en seguida estará la cena, cariño –pone voz melosa y siento mi estómago revolverse al instante.

Camino hacia mi cuarto y cuelgo la chaqueta en la percha. Entro al baño para darme una ducha pero grata sorpresa me llevo al encender la luz.
Un leve tic en mi ceja izquierda se hace presente y llamo a mi hermano intentando mantener la calma.

EXPERIMENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora