Capítulo 2/ Botas
Siempre he querido algo o alguien con quien compartir partir mis pesares, a quien abrazar cuando me encuentre completamente sola y me recuerde a mi amor perdido ¿Quién me guiará a la muerte por el camino del cielo o de mismo infierno? ¿Quién cuidará de mi alma?
Medio día, caminaba con mi tia rumbo a casa. Ella era lo único bueno que podía tener; era mi madre aunque no fue de ley siempre seria su pequeña "Candy" como ella me llamaba. El sol agonizaba y las nubes lo asfixiaban en ese momento mire al suelo, por una sombra extraña, agenda a lo que conocía; me encontré con un demonio de pelaje color miel con rayas marrones de cuatro patas y peculiares bigotes -¡Pero si es un gato! Exclamé. Era precioso, divino como los dioses y tan pequeño he indefenso que no creí que ese maldito gato fuera mi amor, mi mejor amigo y mi perdición. Lo miré a los ojos y estos no tenían ningún brillo estaban apagados, lo creí muerto por un momento hasta que maulló con dolor. Una vieja había tirado con un balde agua congelada sobre su fino pelaje, estaba enfadado todavía no comprendo por que no la extrangulé.
Pero nada, el era mío, yo era suya así estaba destinado a ser, lo tome en brazos y lo lleve a casa, todas las mañanas, ese gato despertaba dentro de mis botas para lluvia con una calma incomprendible y salía a beber su respectiva leche de polvo. Esa bola de pelos no tenía ningún nombre así que lo nombre Botas -Es un buen nombre para un gato. Pensaba
Botas crecía, florecía, cada vez más fuerte y lindo: yo por otro lado solo crecía a los lados; y todo se torno más difícil para mi al entrar a la "prepa" como coloquialmente se le conoce. Una prisión llena de idiotas que no tenía nada más interesante que compartir más que saliva y otros fluidos con los demás. Un tormento una carcel, pero era mucho mejor que llegar a "casa" puesto que mi mamá estaba alcoholizada excepto los días que paría niños de hombres que conocía camino a la pulqueria. Y mi tía a duras penas sostenía a mi familia
Solo éramos Botas y yo para toda la vida y la muerte.-Solo eran unos idiotas que no tenias otra cosa más interesante que compartir saliva y otros fluidos; después de todo. SÓLO SOMOS UNOS NIÑOS DIVIRTIENDONOS ¿No es así mamá?
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Botas; El fantasma de Candela
Science FictionTodos tenemos un fantasma, un demonio, un ángel o un cazo como queramos verlo. Con el que nacemos y del que no podremos escapar. Es la locura cuerda; que esta encerrada en alguna parte, un estímulo que por naturaleza deberá estallar y apoderarse de...