Prólogo - 1

562 41 20
                                    

La luz entraba por la ventana, incomodando a aquel que dormía placidamente.

El castaño abrió los ojos con sumo pesar , esta de más decirlo pero no era un hombre de mañanas.

Su mirada dio un giro a su lado, observando aquella escena ya cotidiana para él: la mitad de su cama fría y vacía.

Ese lugar antes ocupado por su esposo, quien siempre lo abrazaba al dormir y lo despertaba con un cálido beso en los labios, ya no tenía dueño alguno.

Pero no era tiempo de ponerse triste, hoy era un dìa especial, hoy era su cumpleaños.

Recordaba como era antes tal celebración, era tan pomposa y elegante que tenias que pertenecer a la élite de la élite si querías si quiera tener la oportunidad de ver la fiesta en video.

Diputados, congresistas, empresarios de la más grande talla e incluso miembros de la realeza eran algunos de los invitados que se presentaban con los más finos trajes acompañados de suntuosos regalos para el agazajado.

El castaño recuerda esas fiestas con nostalgia y amargura, recuerda como se sentía utilizado como medio de intercepción entre el consejo de su compañía y los posibles compradores, recuerda como su amiga Pepper tenía que seguirlo a todos lados recordandole cada nombre de los presentes pues no conocia ni a la cuarta parte de ellos.

Una sonrisa apareció al recordar como todos esos lujos se convirtieron en un simple pastel de un solo piso y como unicos invitados su más intimo círculo de amigos, todo eso por su esposo, un hombre de gustos simples , chapado a la antigua, rubio y de ojos azules : Steven Grant Rogers, era su nombre.

Los primeros años a su lado fueron increíbles, sus citas variaban de comer a un restaurante lujoso hasta un simple picnic con panes con matequilla de maní y mermelada de fresa en el Central Park.

Con el tiempo el lazo se hizo más fuerte , tanto que un día el rubio se atrevió a pedir la mano del castaño en matrimonio.

La respuesta fue un rotundo sí.

Eran un matrimonio ejemplar, Steve con su trabajo en el gobierno y Tony con su empresa de tecnología, ambos ambitos tan distintos pero que no se interponían con los objetivos de ninguno, sin duda una relación llena de amor.

Y como no podía ser de otra forma ese amor se convirtio en un niño, el primero de dos, un castaño igual al protagonista de nuestra historia, Peter Rogers Stark decidieron nombrarle.

Con el tiempo uno se convirtío en dos, Jonathan Rogers Stark , el menor de la familia, el consentido del castaño.

Pero volvamos al presente.

El castaño se levanto de su cama , tomó una ducha y se vistió con unos simples pantalones de deporte y camiseta holgada.

Bajo con premura esperando ver a alguno de sus hijos esperandolo con unas donas de cumpleaños, tal vez incluso un amigo o dos, sabía que estaban ocupados con sus trabajos asi que no se hacía esperansas tan temprano ( tenía la mala fortuna de haber caído martes).

Cuando llegó a la cocina, encontro solo eso, una cocina ... una cocina vacía , no se preocupo y empezó a preparar el desayuno para sus hijos, nadie como él para saber que tan dificil eran las mañanas para los Stark.

Preparó unos simples huevos con hot dog y sirvió tres tazas de café, esperaba cuando sus hijos llegaran le agradecieran con enormes sonrisas en sus caras, es lo mínimo que deben hacer despúes de provocarse quemaduras con la sartén, solo eran huevos ¿ como es que si quiera se logró quemar? Pensó el castaño.

Mientras esperaba la aparición de sus hijos , Tony recordaba el pasar de los años junto a ellos.

Peter había nacido prematuro, recordaba verlo tan pequeño y frágil en aquella encubadora pero eso eso no evito que creciera grande y fuerte ( bueno relativamente grande, ni él ni yo llegamos a la altura promedio* estadounidense).

Perdido y encontrado ( Starkquill )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora