No hay postre sin plato de fondo

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Y aquí me encontraba yo.

Viendo como nadie intenta separar al chico pelirrojo de Jayden.

Y se preguntarán ¿por qué?

Porque Jayden le está pegando unos jodidos puñetazos.

-Que pasa contigo sueltalo! -me acerqué a el y como no me escuchaba, decidí hacer otra cosa.

-Jay, cariño, déjalo en paz, si?-dije mientras le tocaba su único hombro libre que no estaba preocupado en matar a alguien.

Jayden se paró y miró a su alrededor, toda la escuela estaba presente.

Pero por alguna razón, ni el director decidió entrometerse.

Jayden se acercó a mi e intentó besarme.

Lo alejé con todas mis fuerzas posibles y lo abofetee, todos me miraron con impresión.

-¡¿Crees que después de lo que acabas de hacer tendrás una mínima oportunidad conmigo?! ¿Que mierda pasa por tu cabeza?- Digo mientras ayudo al chico a levantarse.- No haces más que creerte la gran cosa y entrometerte en mi vida como si fuéramos novios hace días ¡cuando lo único que se de ti es que te llamas Jayden y eres un completo idiota!-

-¡Me conoces hace 3 días! 3 días y ¡lo único que haces es intentar poseerme! Dios mío ni si quiera sabes cual es mi color favorito! Tu solo... déjame en paz... y no vuelvas a acercarte a mí-Digo mientras tomo rumbo a la enfermería con ese chico al lado mío casi muriendo.

-Sam espera... Ahg ¡maldición!-

Luego mis oídos captaron un ruido aterrador, golpes, seguidos de gritos de terror y gente preocupada por alejarse a toda costa.

Jayden empezó a luchar con los casilleros aparentemente.

Pero eso ya no era problema mío.

(...)

Y aquí me encontraba yo.

En una enfermería, sentada entre dos camillas.

El chico de ayer que lamentablemente desconozco su nombre, está a mi izquierda dormido profundamente luego de haber reposado por los golpes, al parecer le dieron anestesia pero desconozco su pertenencia.

Cabellos rojizos oscuros caían por su frente, con una tez tan pálida como la nieve y unos rasgos profundos y finos al mismo tiempo.

Pero también a mi derecha estaba Jayden por el calmante que le dieron. Llego una media hora después de nosotros.

Jayden, el chico que en días me hizo sentir más emociones que en 17 años. Con su pelo rubio ceniza, y su piel morena, sus ojos azules...

-Oh Dios mío estas despierto-me alejé rápidamente de el intentando verme normal.

-terminaste de comerme con la mirada o quieres un postre?-Dice sonriendo picaramente.

-oh no no y no,no vas a venir aquí haciendo...eso-muevo mis manos indicando su sonrisa.
-por que ya se que estas haciendo.

-ah si?-se incorpora en la cama sonriendo.

-si tu...haces...eso y esperas que se enamoren de ti.

-me vuelves loco Sam-Esos malditos ojos.

-oh no,ni pienses que te seguiré el juego luego de lo que has hecho-tome mi bolso y me dispuse a salir de ese lugar lo antes posible.

-Podria matar a Tyler Clifford mientras no estás mirando!-

-Jodete-

Jayden no me siguió esta vez,
Tyler Clifford... suena interesante.

(...)

Estaba cepillando mi pelo cuando escucho la puerta de la entrada sonar.

Dejo el cepillo sobre el lavamanos y bajo para abrir la puerta.

No sin antes asomarme por la ventana.

Tyler Clifford.

Tyler Clifford se encontraba en frente de mi puerta.

Con un ramo de rosas.

Dios mío.

-ya-ya voy!-

Subo corriendo a mi cuarto y me saco el pijama lo más rápido que puedo para ponerme un vestido negro ajustado a la cintura con mis
botines del mismo color lo más rápido que puedo.

-joder- maquillarse apurada no es muy fácil.

Bajo corriendo las escaleras fijandome en que todos mis olores estuvieran correctos y abro la puerta agitada.

Me reclino en la puerta y comienzo a hablar.

-ho-hola tyler...ja...Emm...Que haces aquí?-

-Solo vine a desearte la bienvenida al vecindario, ya sabes, como buenos vecinos...-

¿Vecinos?

¿Ósea que he vivido aquí toda mi vida sin que el sepa de mi existencia, es una broma?

-ajam...-

No podría estar mirándolo más estúpidamente.

-Puedo pasar?-

-ah...Claro...entra y has...lo que sea que quieras hacer-digo mientras pasa al salón de visitas-Tu solo...ya sabes...dame una bienvenida, siéntate-

-no vine a hacer cosas contigo -dice de broma sentándose en mi sillon- digo,solo si quieres... pero vamos en el mismo instituto así que aproveché para desearte la bienvenida al lugar

-si. claro.-

Samantha que haces muévete.

-emm...dame esas rosas.-Digo intentando tomarlas.

-Oh! Es que... son para mi tía... Digo, solo vine a darte esto-Dice mostrándome un panfleto del vecindario-Ya sabes, mi madre es la presidenta de este lugar.

-Oh.Pff! Claro que lo sabia...Por supuesto. Nada de rosas.-Digo intentando apoyarme en la chimenea fallando y golpeandome en la cabeza contra una de las estatuas.

-Oh!maldición!- digo alejándome rápidamente

-Dios mío Samantha estás bien?-se acerca bastante a mi y toca mi cabeza para asegurarse de que me encuentre en buen estado- creo que deberías ponerte un poco de hielo ahí.

-Caliente...-

-Que?-

Oh Dios mío.

-Nada...digo...Frío...muy frío... no te preocupes, estoy bien - Digo caminando hasta la puerta principal y saliendo. -Gracias por la bienvenida

-¿segura que estás bien?-

-oh! Si por supuesto- Sigo caminando.

-Samantha!-

-Que necesitas?- digo volteandome.

-emm...esta es tu casa.-

-oh! si claro...mi casa-

Que estupida.

-Entonces nos vemos en la escuela-

-Claro... gracias-

Se va y cierro rápidamente la puerta y me deslizo hasta el suelo.

-Maldicion.-Digo golpeandome la frente con la mano- Creo que si necesito hielo.

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Espero se hayan reído con la actitud de Samantha,creo que me identifico mucho con ella Jajaja

Los amo

Anto💕

🐾

Sólo míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora