Fui un idiota, perdón | J.B |

26.ENE.19

El sonido de mi celular vibrando hizo que me despertara asustada y desorientada por un momento, lo busqué entre mis almohadas y lo encontré casi al otro extremo de mi cama.

En cuanto miré la pantalla mi corazón comenzó a latir rápidamente.

Me aseguré de tallarme bien los ojos para descartar que fuera mi vista borrosa la causante de tal imagen.

Luego me pellizque el brazo y no, no era un sueño, era real.

El número de El cacas estaba justo debajo de la leyenda "Llamada entrante".

Me sabía su número de memoria y aunque ni estaba registrado, estaba segura de que era él. Repase cada número para verificar que no se tratase de mi adormilada conciencia jugándome una broma. Cada número correspondía al de mi memoria.

La llamada terminó y no pude estar más tranquila, pero después una nueva volvió a entrar, era él otra vez.

Me puse nerviosa y no sabía que hacer así que le bajé el volumen y empujé mi teléfono debajo de la almohada.

Respiré un par de veces y reuní las fuerzas necesarias para evitar contestarle.

Entonces, apliqué la técnica que había estado haciendo las últimas semanas, recordar momentos dolorosos a su lado para dejar de pensar en él.

Esa vez fue el turno de recordar la vez que le regalé una playera negra que hacía juego con la mía para que pudiéramos usarlas juntos el último día de clases y él no la llevó, excusándose con que había olvidado que le pedí que la usara. Podría ser algo insignificante, pero la verdad era que me había costado mucho conseguir esas playeras y se la había dado con mucho amor, no era muy difícil que la usara.

Con ese pensamiento en la cabeza me giré y me dormí de nuevo.

Dos horas más tarde, cuando volví a despertar, me dirigí al baño y después regresé a mi cama para revisar el teléfono

Tenía 13 llamadas perdidas y 1 mensaje de voz, además de los 7 mensajes en WhatsApp que decidí leer primero.

Número sin registrar

"Hola"

"Soy Justin"

"Me pasaron tú número y bueno, necesito hablar contigo"

"¿Todo bien?"

"¿Podrías contestar mis llamadas por favor?"

"Si no vas a contestar al menos dime que estás bien"

"No sé nada de ti desde hace, no sé, semanas"

Y no sabría nada de mí durante mucho tiempo más. Bloqueé su número porque la idea de ver sus mensajes ya no me parecía tan atractiva como al principio.

Entonces escuché su buzón de voz y me arrepentí al segundo de hacerlo.

"Hola Reeshi, soy yo, sólo quería llamarte y decirte que te quiero demasiado, quería hacerte saber que te extraño mucho y que siento que ha pasado una eternidad desde la última vez que nos vimos".

Sabía que estaba enojada y haría hasta lo imposible porque dejara de estarlo, lo que incluía hablarme bonito y hacerme sentir especial.

¿Por qué no se daba cuenta de que la única razón por la que nuestros caminos se separaron tanto, fue él mismo y sus mil excusas sobre no tener tiempo para verme?

Decidí que era momento de terminar con todo, por más cobarde que fuera hacerlo por llamada.

Tomé mi teléfono y le regresé la llamada.

Sonó 2, 3, 4 veces y nada.

Bien, no podríamos despedirnos como me lo había imaginado, pero no importaba. Ya no importaba.

—Hola Justin —dije cuando se me permitió grabar el mensaje— bien, no sé cómo conseguiste mi número y realmente no es relevante, pero sólo quiero decirte que ya se acabó. Lo que sea que haya pasado entre nosotros ya no existe más —de repente unas ganas inmensas de llorar me invadieron y traté de controlarme —, todo lo bonito o malo que hayamos vivido ya se acabó. Sí, fui muy feliz contigo y realmente sentí que eras una parte de mí, pero eso no quita todas las veces que me fallaste, todas las veces que te necesite y no estuviste, todas las veces que lo único que necesitaba era un abrazo tuyo y me lo negaste. Me cansé, me cansé de darlo todo y no recibir nada, de luchar por algo por lo que tú no lo hacías, de decir palabras bonitas que se llevaba el viento. Y para no hacer esto más grande, simplemente se acabó. No me busques más y no me llames más. Me haces daño Justin —la voz se quebró y aclaré mi garganta para no hacerlo notar—, te deseo lo mejor y —respiré para calmarme— ojalá que cumplas todo lo que alguna vez soñaste.

Terminé la grabación y me recosté en la cama.

Así que así se sentía sacar algo malo de tu vida.

Me sentía tranquila, en paz, por un momento se me olvidó la lista, ya no me interesaba si la completaba o no, lo que importaba era que cada quien siguiera su propio camino para intentar ser feliz.

Si yo me seguía aferrando a él nunca podría salir adelante.

Seria duro dejarlo ir, teníamos tanto en común, nos conocíamos tan bien que pensar en la idea de no poder conectar con alguien de esa forma me aterraba. Pero me aterraba más pensar que tal vez sí podría encontrar a alguien así y que por cosas de la vida, terminaríamos y yo quedaría igual o peor de herida.

Decidí entonces olvidarme de buscar pareja, o algo que se le pareciera, mi corazón estaba muy lastimado para soportar otra herida más.

Me concentraría en mi familia y en la escuela y nada más.