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Y ahí se encontraba el castaño nuevamente, nervioso, mientras arreglaba su ropa y su cabello.

Hoy empezaría las clases de lenguaje señas con el chico, que se hacía llamar Jeon JungKook. La última vez que se vieron intercambiaron números, y se han estado comunicando vía Line; si es que a las respuestas en monosílabos y cerradas que le daba el muchacho se podía considerar conversación.

Cuando chequeó su aspecto en la cámara de su celular, por cuarta vez, decidió que ya era hora de tocar el timbre, por lo que esa fue su acción, seguida de la espera para que llegarán a abrirle. Espero unos cinco minutos más y la puerta por fin se abrió; mostrando a una mujer con facciones definidas, pero delicadas; algo extraño de explicar, pero verdaderamente hermosa; por un momento él se quedó sin habla y ella simplemente atinó a mirarle con duda de arriba a abajo.

— ¿A quién buscas? — consultó, rápidamente. Cortando el silencio que se había formado en un concurso de miradas.

El castaño reaccionó y dió un par de pestañeos, volviendo a la realidad. — Sí, claro, yo busco a Jeon JungKook — mencionó, para levantar la mirada y ver la dura expresión de la mujer.

— ¿Para qué buscas a mi hijo? — consultó, sin nada de simpatía en su voz.

— Así que usted es la madre, pensé que sería la hermana mayor — dijo amablemente, mostrando una sonrisa; que no fue correspondida — sí, bueno, soy su maestro — dijo sin más.

La mujer lo miró incrédula.

— Es muy joven para ser maestro de escuela — dijo, cruzando sus brazos.

El castaño soltó una pequeña risa bajito.

— No soy exactamente un profesor de escuela — corrigió y le dió en parte la razón a la mujer, quién hasta el momento no le había invitado a pasar a su hogar — soy su profesor de lenguaje de señas — mencionó sonriente.

La mujer se quedó sin expresión un momento y luego de soltar un suspiro, se hizo a un lado, para que el muchacho entrase. Estaba realmente cansada, había trabajado toda la noche, y tenía que dormir si quiera una hora, para salir de nuevo al trabajo.

— Te aviso desde ya; no tengo dinero para pagarte — dijo mientras caminaba hacia su cocina — y mi hijo no tiene ningún impedimento físico, como para necesitarte — dijo fría, pero sabía que si su hijo se había tomado el atrevimiento de conseguirse un profesor, y lo iba a afrontar con su dinero, ella no tenía que meterse — está arriba en su habitación, vas al segundo piso, y camina por el pasillo, llegas a la cuarta puerta a la derecha y ese es su cuarto — informó.

El castaño quería refutar, pues era claro que el pelinegro era mudo, pero no era nadie para decir algo contra la señora, así que simplemente decidió seguir las indicaciones e ir a buscar al adorable muchacho.

Llego a la segunda planta y tocó la puerta de la habitación, esperando que le abran, chequeó de nuevo su peinado, aunque en realidad no entendía la razón de su esmero en su ropa y tampoco en querer causar buena impresión, pero ahí estaba, acomodándose el saco, para que no se vea con arrugas, cuando la puerta de la habitación se abrió, mostrando a un pelinegro, con los ojos soñolientos y aún en su pijama de iron man.

El pelinegro despertó de golpe y vio el reloj de la pared de su cuarto, para seguido cerrar la puerta en la cara del castaño, sentía su cara roja hasta las orejas.

"¡Maldita sea Jeon JungKooook!, Solo tú te quedas dormido. Se suponía que le abrieras tú, para que no se cruce con mamá", se regañaba internamente. El azabache observo su vestimenta y se dió un leve golpe en la cara con la palma de su mano abierta, para rápidamente vestirse con la ropa que había seleccionado la noche anterior, su jean claro y su camiseta simple blanca dentro de este, sujetos por su delgado cinturón marrón oscuro, ya que aunque tenía el pecho y espaldas un poco anchos, no podía decir lo mismo de sus delgadas caderas.

Let me help you ~ VKOOK/TAEKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora