Palabras del verbo amar (Miki Y Tu)

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El día de clase ha llegado y todos estamos exhaustos ya que quedan menos de 5 días para que el verano comience y risas y momentos se hagan presentes.

Yo y Miki ya hemos hecho oficial lo nuestro y se lo hemos contado a todos, al ir hacia mi taquilla, Roi se me acerca y me dice:

-¿Podemos hablar? - pregunta dejándome a cuadros.

-¿Para que? - respondo lo más fría posible.

- Quería decirte una cosa - suena amable.

-¿Y si no quiero? - digo con una sonrisa irónica.

-Pues...- no le dejó terminar.

-Al final de las clases hablaremos, pero con una condición, que Raoul venga -accedo.

-Vale, pero ¿porque? - ríe nervioso.

-Antes éramos los tres y resolveremos esto los tres - sonrió triste.

-Esta bien...hasta luego - se despide tímidamente.

Las cosas van directamente hacia arriba, tengo ha Miki, Raoul y yo hemos vuelto ha ser los mismos de antes, alomejor Roig y yo zanjamos el problema y mi vida se volverá como antes.

Lo único que Alfred no volverá...

Pero, eso ya es cosa del pasado y hay que superarlo, bueno al menos intentarlo.

Clases pasan y más horas se restan para la graduación y el fin de la Universidad o grados superiores.

Hora, la hora llega y Raoul y yo nos dirigimos hacia la salida y como siempre Roi llega tarde.

Reímos ante encontrarnos con la que antes era costumbre.

Roi llega, segundos, minutos incluso horas parece que pasan, al final es el quien empieza a hablar.

-¿Que nos ha pasado chicos? - rompe el hielo.

-Que nos está pasando - corrige el rubio

-No se chicos, la distancia nos ha separado, pero no pensé que tanto - hablo por fin.

-Te...os he llamado aquí porque quiero arreglar las cosas, estar como antes - sugiere el gallego.

-Y nosotros Roi, lo que pasa es que tardaremos un tiempo y lo sabes - dice Raoul.

-Pero hay que prometer una cosa, nunca volveremos ha separarnos - alzó mi meñique.

-¿Promesa? - dice Raoul.

-Promesa - decimos Roi y yo a la vez.

Juntamos nuestros meñiques y besamos nuestras manos en señal de que ninguno rompería la promesa.

Nos abrazamos, como niños volvimos a reir, jugar y hablar hasta no poder más.

Habíamos vuelto, los tres amigos de siempre, los que siempre seremos nosotros tres.

Al despedirnos lágrimas de felicidad corren por mis mejillas, habíamos vuelto y habíamos pasado una de las mejores tardes de nuestras vidas, lastima que faltara una persona...