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A Hoseok le temblaban las piernas mientras caminaba hacia el centro de la cancha, la cual está dividida por la red alta de voleibol. Se encontraba entrenando con los del equipo y él al ser titular debe estar más que bien preparado.
El auditorio del colegio estaba siendo ocupado por los alumnos que participarán en una competencia de danza. Él se inscribió pero al ver que el horario se mezclaba con las horas de su entrenamiento tuvo que retirarse. La competencia es solo una vez cada año mientras que los partidos de voleibol son más frecuentes.
Volviendo sus pensamientos al entrenamiento entra en cuenta que entre los principiantes armaran un pequeño partido, para ver el potencial y en que se especializaría cada uno.
El pelirrojo se dirigió hacia las bancas para sentarse y deshacerse de sus rodilleras, de tanta presión que hacían contra su piel le parecía incómodo. Sintió que alguien se sentó a su lado pero decidió ignorarlo. Con el paso de los minutos escuchó un suspiro y giró su rostro para averiguar de quién era.
Quedó paralizado, los rasgos firmes y masculinos que tenía el otro le dejó sin palabras. El contrario también le observaba mientras sonreía al ver su reacción.
—Hey, hola.
Hoseok ahogó un gemido al escuchar esa ronca voz. Una de sus debilidades era escuchar la voz grave de un hombre, le gustaría tener un tono igual pero también le encantaba su voz. —Uhm hola.
—Que cansando todo, ¿no? Te vi jugar hace un rato, eres bueno.
—Gracias. Uhm, no puedo decir lo mismo, nunca te he visto en el colegio.
El pelinegro se sorprendió por lo dicho del menor. —Estoy en último año y estoy en danza. Pensé que ya me conocías.
Hoseok se sonrojó al no recordar su rostro y agachó su mirada, quedando viendo su calzado sucio por el reciente juego.
—Hey levanta el rostro, no hay problema si no me conoces. Soy Taehyung —le mostró una sonrisa y eso hizo que Hoseok se calmara un poco.
—Soy Hoseok, lo siento.
Una sonrisa se hizo presente y quedó observando al otro. Este le miraba con una tierna sonrisa en sus labios. Sintió una fuerte atracción en ese momento, y eso le asustó.
A lo lejos oyó su nombre siendo gritado y supo que debía irse.
—Lo siento, debo irme. Cuidate.
Hoseok se despidió con una tímida mirada y el otro le correspondió. Agarró su maleta y se retiró. Taehyung quedó viendo como se retiraba de la cancha.
El pelirrojo sentía su corazón palpitar, no quería volver a enamorarse. No en ese momento. Llamaría a su amigo y le diría sobre esto.
La vida jugaría con él.
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Holaaa, llegó Jhanosky con algo así. Esta historia está basada en hechos reales, muy modificada también.
