namjoon se preocupó al pasar dos horas. jeongguk nunca salía solo, o más bien, nunca salía si podía evitarlo.
namjoon recorrió todo el vecindario, preguntando a la gente por un chico como jeongguk, pero al no tener ninguna foto de él, no sirvió de mucho, pues nadie podría reconocer a un chico como él, sabiendo que había muchos chicos similares.
namjoon se frustraba con cada segundo que pasaba, rezando y pidiendo que jeongguk regresara en cualquier momento.
incluso fue al maldito barrio donde había conocido a jeongguk.
—disculpa, —habló a uno de los proxenetas—¿no has visto a jeongguk?
—¿quién? —el proxeneta lo conocía, era uno de sus antiguos clientes.
—vamos, seokjin, debes saber quien digo. jeon jeongguk, un chico que trabajaba por aquí hace menos de cinco meses.
—bro, aquí nunca trabajó ningún niño llamado jeonho, o como se diga.
namjoon cerró los ojos y corrió.