Se volvio adicto
Al sabor de sia labios,
Al calor de su cuerpo
Al brillo de sus ojos,
Al hechizo de sus encantos.
Una droga exquisita
Se volveria esa pequeña dama,
Para el señor rey de el infierno
Aquel que de un momento,
A otro fue burlado por algo
Que el mismo habia mejorado.
Si amarla fue su castigo enviado
Por aquel una vez se le rebelo,
Su maldicion fue recordar que
En alguna coacción tubo corazón,
Y por capricho de su suerte
Se lo entrego sin razón.
La droga para ella es distinta
Ella necesitaba quien la amara,
El estaba dispuesto a quererla
Y esperarla despues de su suplica,
Dejame que trate nuevamente
Después de llamarle.
Se entregaron una droga una adicion
Es lo que cada uno se convirtió,
Para el otro después de todo
Solamente viven en su corazón,
Para estar juntos y vivir su amor.
