DISFRUTEMOS EL MOMENTO

4 1 0
                                    

A la distancia apareció
El hombre vestido de cuero,
Sonriendo me acompaño
Y yo sin miedo sostuve con mi mano,
Aquel sexo que deceaba
Me entregara sin pena.
Como si el resto de la gente
No existiera nuestros cuerpos,
Comenzaron a entregarce
Despertando los sentidos,
Pues sin ni siquiera pensarlo
Emprendimos el camino.
A un sitio desconocido
Para ambos llegamos a un cuarto,
Que seria nuestro único testigo
Perdiendo el control de mi jugada,
De pronto aquel hombre de cuero
Me despojo de mi ropa.
Sonriendo susurro en mi oido
Te estabas tardando y sin pedírtelo,
Ni siquiera haciendo un gesto
Me penetro su pene tan grueso,
Y grande produjo que me quejara
Mientras el solo me sostenía,
Con fuerza aferrándome a la cama.

LABIOS ROTOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora