Capítulo I: Regreso a Hogwarts.

52 4 0
                                    

Escondida detrás de la barrera entre los andenes nueve y diez de la estación de King's Cross se encontraba la plataforma 9¾, donde los estudiantes del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería se preparaban para recibir un nuevo ciclo escolar en la institución mágica más reconocida en Inglaterra.

Luego de que Galatea y su hermana menor cruzaran la barrera aparentemente sólida, pudieron divisar a simple vista una gran máquina de vapor color rojo escarlata que se encontraba estacionada entre los rieles de la estación; se trataba del Expresso de Hogwarts, aquel que había acompañado a Gala durante sus últimos cuatro años.

- ¿Quieres apresurarte? Perderemos el tren -se quejó Gala observando a Odette, quien claramente tenía problemas al cargar su equipaje.

- ¡Estoy tratando! Se suponía que Theo me ayudaría, ¿en dónde se metió? -buscó con la mirada al pelinegro, sin embargo, no tuvo éxito, pues el andén se encontraba repleto de jóvenes magos y brujas que esperaban con ansias el regreso a clases.

- Seguramente ya está dentro. Más le vale que me haya guardado un asiento, odiaría tener que compartir el vagón con alguien detestable. - aseguró la joven Galatea y se abrió paso entre la multitud, tratando de llegar hasta la máquina de vapor.

Una vez dentro del Expreso, las hermanas Nott se separaron y tomaron caminos diferentes.

Mientras la menor se reunía con compañeros de Ravenclaw, Galatea se dispuso a deambular por los estrechos pasillos, en búsqueda de un compartimento vacío pero se vio interrumpida por una voz que parecía llamar su nombre. Gala giró su cabeza para ver de quién se trataba.

Un joven de cabellos color azabache se encontraba recargado en la salida de uno de los compartimentos. Se trataba de su primo, Theodore Nott.

- ¿Dónde te habías metido? -preguntó Gala, aproximándose hacia el muchacho.

- Malfoy me guardó un lugar. -comentó el joven Nott.

Gala asomó su cabeza hacia la ventanilla del compartimento donde se podía observar a Draco, quien se encontraba sentado seguido de Pansy Parkinson y Vincent Crabbe; frente a ellos se hallaban Gregory Goyle y Blaise Zabini, dejando ver un asiento vacío, el cuál Gala podía asegurar; pertenecía a su primo.

- Gracias por pensar en mí -mencionó sarcásticamente para luego restarle importancia-. Iré a buscar a Dietlind -agregó y continuó su camino.

Tres vagones posteriores a donde se localizaban sus compañeros de casa, pudo divisar uno que se encontraba casi vacío, a excepción de una muchacha rubia que se hallaba concentrada con un libro entre sus manos.

- Dietlind Peitz -saludó Galatea propiamente con una reverencia, como si de la reina de Inglaterra se tratara.

Inmediatamente la chica volteó y le regaló una sonrisa.

- Señorita Nott, un gusto volver a verle -se paró dramáticamente de su asiento e imitó el gesto de la otra rubia. No pudieron contener más y soltaron una resonante carcajada.

Ambas se burlaban de la manera en que sus padres las obligaban a comportarse cuando de modales se trataba, pues siendo familias de sangre pura y de un alto rango social debían mantener siempre la compostura.

Gala acomodó sus maletas sobre el estante del compartimiento y posteriormente se sentó frente a su amiga.

- ¿Cómo has estado? No supe nada de ti en todo el verano -destacó Galatea.

- Lo sé, perdón. Estaba con mis tíos en Alemania, mi padre me mandó allá desde el comienzo de las vacaciones. Fue un suplicio, tuve que cuidar al pequeño Alfred todo el tiempo mientras mis tíos se iban a cenas importantes - Se quejó Diet.

Memorias InfamesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora