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Analizándolo bien, me cabía una posibilidad en llamar a Harry y decirle que le daría alguna posibilidad y/o alentarlo a que me invitara a salir, pero jamás haría eso porque lo único que salía de mi boca eran cosas inútiles como yo, además de que mis pensamientos atacaban como fieras haciéndome sentir la peor mierda en la existencia.
Su cara de frustración, enojo y unas ganas de gritarme aparecieron justo en la puerta de mi habitación la cual estaba abierta. – ¿Por qué te fuiste así? –Habló.
Solo me limite a encogerme de hombros. Me levante de la cama y camine hacia el baño para no prestarle atención a ella.
Se acerco mucho más rápido y antes de que entrara al baño me sostuvo del brazo.
– ¡Me hartas, enserio! –Gritó.
Yo intentaba soltarme pero ella solo me jaloneaba, estaba furiosa, odiaba que la ignorara.
–Miércoles –Sostuvo con firmeza mi brazo. –Saliendo del instituto asistirás con Hope, ¿entendido? –Dijo amenazante.
Soltó bruscamente mi brazo asiendo que gimiera de dolor. Salió de la habitación dando un portazo.
– ¡Joder! –Me queje por el dolor que ahora sentía en el brazo.
{…}
Pero la vi a ella, con el chico guapo y ella toda hermosa. Me sentí la peor mierda, porque yo era tan poca cosa delante de ella.
Linda sonrisa, lindo cabello, lindos ojos, linda nariz, linda boca, lindo cuerpo.
–Te tomas mucho tiempo observando a las personas –Escuché su voz detrás de mí.
Me giré a verlo. – ¿Por qué son tan perfectos? –pregunte.
Él alzo su ceja y rió. No me miraba confundido, ni raro. –Nadie es perfecto, al menos me lo han dicho tantas veces –respondió.
Solté un suspiro de cansancio. –Bueno, supongo que para mí sí.
–Oye –Llamó. –Te extraño en el instituto –Dijo, lo miré extrañada. ¿Extrañarme?
– ¿A mí? ¿No tienes a quien molestar, ahora?
Su sonrisa que aun permanecía desde hace varios segundos se desvaneció en menos de uno.
–Pesimista –Menciono.
–Quiero darte un puñetazo en la cara, Zayn –Enarco una ceja y soltó una carcajada.
– ¿Has conocido los lugares más tranquilos de aquí? –Pregunto después de parar de reír.
Negué.
Tomo mi mano y me hizo caminar unos metros, si solo unos metros porque luego pare en seco y hice que él me mirara desconcentrado.
–No conozco, pero no quiero que me lleves a uno –Aseguré.
–No te iba a llevar a uno, de hecho quería comer –sonrió tímido.
–Tampoco quiero… –Callé al momento de ver atrás de Zayn.
FlashBack.
–Mamá –Fue lo único que salió de mi boca y lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos.
Se separo del hombre y se sorprendió al verme, el hombre estaba tranquilo, pero mi madre sorprendida y no encontraba palabras adecuadas para responder a lo que debía darme una explicación.
–Hija, no es lo que tú crees –Se excuso.
Fin Del FlashBack.
Y se volvía a repetir la misma historia, mismos personajes... Mismas lágrimas.
–Hey, ¿estás bien? –pregunto Zayn.
Observé el mismo auto donde se encontraban las mismas personas.
¡Diablos! Quería matarla, quería matarlos a ambos. Era una hija de puta.
Era triste, triste de verdad porque ella había asegurado estar bien con mi papá aunque sabía que no era de la mejor manera ya que mi papá la golpeaba.
–___, ¿estás bien? –repitió.
Mis ojos comenzaron a cristalizarse, esto me estaba matando aun más.
Llevaba cinco días de no cortarme, CINCO MALDITOS DIAS. Mañana regresaría al instituto, no era una buena escena, en realidad no lo era.
–Estoy bien –Dije con lágrimas en los ojos. –Estoy bien, Zayn –repetí.
Miró en dirección hacia donde estaba mirando.
– ¿De verdad observas mucho a las personas? –Murmuró.
–Ella es mi mamá –Musite.
– ¿Qué hay con ella?
Se besaban, ellos se besaban tan tranquilamente. Asco, repugnancia. Eso justamente sentía, ganas de ir y vomitar en sus caras.
No conteste y camine en dirección al auto, sentí los pasos de Zayn seguirme.
Me puse enfrente del auto y ellos aun no me miraban, somate el cofre del auto haciendo que estos dieran un brinco y se separaran inmediatamente.
Mi mamá me miro con sus ojos bien abiertos, fue a la única que observe.
Rodee el auto y pase de largo sin decir nada.
«Idiotas».
–Hey hey hey –Dijo y me sostuvo del brazo. Al menos ya nos habíamos alejado y él aun me seguía.
Me voltee a verlo con lágrimas en los ojos y dije:
– ¿Por qué todo esto me tiene que pasar a mí? ¿Por qué todo esto tiene que ser así?
–No entiendo –Dijo desconcentrado.
–Exacto, no entiendes y no entenderás.
– ¿Qué es lo que te pasa? ¿Por qué solo te encierras en tu mundo? Yo podría entenderte si tan solo me explicaras –Dijo serio.
–Tengo historias, Zayn
–Todos las tenemos.
–Sí, pero todas cuentan algo diferente. Te aseguro que las mías son pura mierda –Apreté los dientes impidiendo soltar un sollozo. –Estoy hecha pedazos –Susurré, él intento acercarme. – ¡No te me acerques!
–Quiero ayudarte –Murmuro. –No porque me des lastimas, no porque sienta pena. De verdad quiero hacerlo.
– ¿Qué te parece dejándome en paz?
–Imposible. Eso no lo haré, es imposible ahora que me he metido más afondo de esto, no te dejaré –Afirmo.
Retrocedí un paso, la tenia justo en frente y su mirada era fulminante. Apostaría que en su mente me estaba estrangulando.
–Creí que te habían expulsado –Dijo con ira.
–No se te hizo –conteste.
Apretó la mandíbula, ella quería insultarme. Su rostro se miraba muy plástico y más los kilos de maquillaje que cargaba, pero aun así era bonita.
–Te detesto –Menciono.
Paso a un lado de mí chocando su hombro con el mío. No le dije nada, realmente no tenía ánimos. Aun seguía pensando en lo que paso ayer.
Las clases pasaban lentamente. Tenía la mirada en la pizarra y mi cabeza en otra parte.
Sentía un gran vacío dentro de mí, sentía un nudo en la garganta, como si de tal forma me estuvieran ahorcando.