5: No te pido que me elijas. (final)

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Steve le siguió el beso, para sorpresa de ambos.
Él sabia que no debía hacerlo pero tenia que admitirlo, la amaba con locura.
Se separaron, ambos jadeantes por la falta de aire. No lo podían creer.

-Nat, lo siento, estoy con Peggy y no debimos habernos besado, yo... -suspiró.

-Steve, tranquilo, sé que la amas, por algo estas aquí con ella después de todo -dijo ella tratando de calmarlo.

-Ese es el dilema Natasha. Estoy aquí con ella porque creí que era el amor de mi vida. Y porque ya te había perdido Nat. Si no hubieras, ya sabes, muerto, yo no estaría aquí -el rubio le hizo saber.

-Steve, te amo -soltó de la nada.

Se alejó unos cuantos pasos de él y suspiró.

-Oh Romanoff -jadeó -¿Porque ahora? ¿Porque no antes? Sabes que no puedo dejar a Peggy, no soy capaz de ...

-de dejarla, lo se, porque a ella es a quien amas, no a mi y te entiendo, no te pido que me elijas Steve, solo quería que lo supieras antes de que me vaya para siempre -ella de acercó de nuevo y acarició suavemente su rostro.

-No Nat, es que yo si te amo, no puedo irme, no estaría bien, no sin hablar con ella. Se que le rompería él corazón -dijo el rubio tomando la mano de ella entre la suya.

Ella era consiente de que steve no abandonaría a Peggy por irse con ella, pero aun así no había perdido la esperanza.

-Da igual Rogers, tengo que irme, cuidate mucho ¿si? Y no me olvides -rió entre lágrimas.

Besó su mejilla como aquella vez que se despidieron en el cementerio. Se dio la vuelta.
Antes de irse, Steve la sostuvo de la cintura y la besó de nuevo. Era un beso que demostraba lo que ambos sentían, toda una mezcla de emociones. Un beso que sabia a despedida y a lágrimas de ambos. Se quisieron convencer de que si era un beso de despedida pero la verdad era que él no quería que se fuera y ella tampoco quería irse.

Las manos de Natasha fueron hasta él cabello de Steve, donde acariciaron una y otra vez.

-¡Steve! -la voz de Peggy sonó a lo lejos. Se separaron de golpe.

-Tengo que irme -dijo la viuda negra.

-¡No! Espera aquí -susurró para detenerla. Había tomado una decisión. -solo no te muevas.

Natasha asintió confusa y fue a sentarse donde no pudieran verla.

Él entró a la casa encontrándose con la de apellido Carter.

-¿Porque estas sudando? -ella fruncio el ceño.

-No es nada Margaret. ¿Podemos hablar? -pidió

Ella lo miró con duda, nunca la había llamado así. Ella asintió mientras se iba a sentar en un sofá cercano. Él no tomó asiento.

-Primero que nada, sabes que eres muy importante para mi -ella decidió interrumpirlo.

-Ve al grano Steven -pidió Mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.

-Voy a volver al tiempo en el que estaba antes de venir -soltó con rapidez.

A ella le costó digerir la noticia. Lucia aturdida.

-¿que? -preguntó.

-Mira Peggy, cuando vine aquí, lo hice después de perder a la chica con la que quería compartir mi vida en esa era. A ti te amo, no me mal entiendas, te amaré siempre. Pero tú tienes una vida por delante y serás muy feliz y no es que contigo no lo vaya a ser, solo que...

-ya entendí steve. No hay problema. Si serás feliz con Natasha, adelante, ve con ella, si tu eres feliz, esta bien -dijo Carter poniéndose de pie.

Él se sorprendió pues no le había mencionado a Nat.

-Siempre la mencionabas en sueños -aclaró ella como si leyera la mente de Rogers.

-Peggy, gracias por entender -dijo con una sonrisa. Ella le sonrió de vuelta.

Se acercó a él, le dio un beso en la mejilla y le dijo :

-Ve con ella, soldado.

Se abrazaron y Steve salió de la casa.

Nat estaba sentada en el piso. Al verlo salir, se levantó y fue hacia él. Sin tiempo a hablar, la besó con lentitud.

-Te amo Nat, y vamos a volver juntos -la tomó de las mejillas.

Ella sonrió y lo abrazó por la cintura mientras el pasó sus brazos alrededor de ella.
Sacó del bolso un mini traje cuántico y lo hizo grande, Steve se lo puso, cuando se iban a ir vieron a Peggy en la ventana, la cual los despidió con la mano.

-¡Cuidalo! -gritó ella y Nat asintió.

En cuestión de nada ya estaban ambos en el complejo con todos rodeándolos.

Se miraron con una sonrisa, steve la abrazó hacia él y besó su mejilla con ternura. Entonces lo supieron, ya no se volverían a separar nunca.

FIN.

Despedirse bien. Romanogers.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora