El pequeño de ojos grandes lo miró, diciéndole con la mirada que no volviera a tocar su mejilla.
ㅡ¡No-to-ques-mi-me-ji-lla! ㅡchilló Taehyun, escapando de los brazos de BeomGyu. ㅡ¡Miss, BeomGyu me está molestando!
ㅡ¡Solo quiero que sea mi amigooooo!
...
El pequeño hizo un puchero al escuchar esa voz con tono dulce, pero con la frase más horrible de todo el mundo.
—Solo un ratito más, mami.
—No Taehyun, ya es tarde.
Y su rutina comenzaba.
Caminar como zombie al baño, bañarse solo, lavarse los dientes, sonreírle al espejo, bailar las canciones que ponía su hermana mayor y que se escuchaban hasta el baño, ponerse ropa, bajar a desayunar, desayunar, decirle a su mamá "No quiero ir", su madre responderle "Tienes que ir", decir "Pero me duele el estómago", y recibir un "Si te doliera ya te hubieras desmayado, con lo delicado que eres".
Taehyun subió al auto donde lo esperaba su padre, y con un "Buenos días, papá, ¿Hoy me llevarás a jugar fútbol?" el auto arrancó.
Luego de unos minutos, notó su pesadilla.
La escuela.
O más bien, la guardería.
Hizo una mueca resignada, otra vez Huening le babearía la mano, otra vez YeonJun le pediría la lonchera, otra vez SooBin y su altura no le dejarían ver la pizarra.
Otra vez tendría que lidiar con la sorda de la maestra.
Taehyun se quejaba a cada rato de las cosas que lo incomodaban, pero según la maestra, él era "Muy quejón y gruñón para tu edad. Debes ser más simpático, Taehyunnie."
Su padre le enseñó el puño, y el menor, resignado, lo chocó con el suyo, para por fin bajarse del auto.
—Presta atención a clases, campeón.
—Sí, papá.
Y el auto se fue, dejándolo parado en la puerta.
Otro día más en ese feo lugar.
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—Como es el primer día, hoy jugaremos un poco. Haremos dinámicas para conocernos y-
Un niña levantó la mano a lo lejos, y la maestra le dio la palabra.
—Pero ya todos nos conocemos, maestra.
La mujer mayor sonrió, asintiendo.
—Lo sé, JiSoo, pero aún así debemos presentarnos. Hay personas tímidas que por más que hayan pasado más de tres años aquí, aún no logran socializar.
Taehyun sintió aquella indirecta y rodó los ojos.
—Bueno, empezaremos por-
La maestra fue interrumpida por un leve toque en la puerta, y segundos después, la directora entró.
Todos los niños se levantaron e hicieron una reverencia en modo de respeto, y luego del "Buenos días, niños" de la anciana, todos se volvieron a sentar.
