ƤØЯ ᎬᏒℜᎾɌ - The Umbrella Academy

０.０５

La mesera llegó para atendernos, primero le tomó la orden del señor y luego la nuestra.

- el chico quiere café. Negro - le dijo

- y la chica un capuchino - la mespera quedo en estado de shock y cinco le sonrió ampliamente.

- que perturbador - le dije entre risas

- pero si es una de mis mejores - se defendió.

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Por un instante mi risa dejó se ser normal, el señor me miró raro.

- no recordaba que este lugar fuera tan horrendo - dijo cinco mirando de reojo al hombre - solía venir cuando era niño nos escabullíamos aquí con mis hermanos y comíamos donas hasta vomitar, tiempos más simples ¿no? - pregunto cinco al señor que estaba a su lado.

- si supongo - dijo confundido

- apuesto que el primero en vomitar era Klaus - dije divertida, pero cinco no dija nada.

La señora trajo los pedidos, y el señor sacó de su billetera unos cuantos billetes.

- yo le invito - dijo el señor, la mesera se fue por el cambio entrando a la parte de atrás donde se encontraba la cocina.

- usted debe conocer bien la ciudad - preguntó cinco.

- si eso espero lo llevo recorriendo 20 años - le respondió.

- bien preciso una dirección - en cuestión de segundos el hombre se fue de la cafetería dejándonos completamente solos.

O eso pensé cuando unos hombres entraron, cinco los miro por el reflejo de la campana.

- crei que tratarían más en encontrarme - dijo, volteo y me encuentro con hombres apuntandonos.

Siendo sincera si que estaba asustada.

- okey comportemosnos como unos profesionales si, ahora párate y acompáñanos quieren hablarte - dijo sin dejar de despegar la mirada de cinco.

- no tengo nada que decir - respondió

- no tienen porque complicarse, no quiero matar a unos niños, no iré con eso a casa - cinco miro el cuchillo que se encontraba justo a lado de su taza de café.

- no te preocupes, no irás a casa - fue lo último que llegué a escuchar ya que una música se hizo presente en el ambiente.

Cinco se transporto atrás del hombre que le habló y le clavó el cuchillo, haciendo que disparara, me escondí debajo de la silla tapándose los oídos.

Después de unos segundos volví a pararme, pero los disparos aún no paraban.

- alguien más escucha la música - grité

- oye tú niña, no te muevas - uno de los hombres me estaba apuntando, mire atrás y observé mi vaso con el capuchino que me pedí.

Me senté nuevamente en la silla y agarré el vaso.

- te dije que no te movieras - se hacerco unos cuantos pasos hacia mí.