Eres solamente un niño a quien le han arrebatado los sueños

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ALLEN

"—El silencio y la soledad no son los mejores compañeros.

Me prometí a mí misma esforzarme día a día. Regalar más sonrisas de las que mi espíritu me permitía, que nada de lo que pasara fuera a afectarme, y, que aunque todo se derrumbara yo seguiría siendo el pilar de nuestra familia.

No es fácil permanecer en silencio. Las emociones nos dominan a cada minuto, los sentimientos siempre sobrepasan la razón; sea amor, odio, tristeza o desesperación.

No tengo cómo justificarme por lo que voy a hacer, pero ya no puedo más.

Me di cuenta de lo que hacías, y aún así traté de no dejarme vencer, pero es un hecho que fallé en ello.

Aunque intenté seguir hubo un momento en el cual ya no pude más, solo espero que mis hijos no me odien por dejarlos. Ellos eran lo único que me mantenía con cordura.

Por ellos viví tantos años en silencio y aunque me di cuenta de tu traición desde hace bastante tiempo preferí callar.

Solo espero llegar a un lugar en donde las mentiras no tengan cabida y que la felicidad de mis hijos no se vea opacada por mi desdicha.

Tu amada esposa. "

Aquella carta quedó entre mi mano, arrugada, casi hecha trizas; me mantenía observando fijamente a mi madre en aquella camilla en la ambulancia.

Su rostro sereno, la mascarilla de oxígeno y el paramédico intentando reanimarla, estabilizar su estado.

Un calor que emanaba de lo más profundo de mi ser comenzó a invadir mi cuerpo. La tristeza de ver a mi madre en ese estado no se comparaba con el odio que sentía por Anthony en ese momento.

El personal encargado de investigaciones había arribado después de que llamé a la ambulancia. Los paramédicos dijeron que su pulso era muy débil y que debían de trasladarla de inmediato a un hospital, rápidamente busqué el número de Elizabeth Miller y le pedí que estuviera ahí, que mi madre necesitaba ayuda.

Ella no se negó.

Inclusive cuando su especialidad era otra y no se encontraba encargada del área de urgencias aguardó por nuestra llegada.

Pagaras por esto Anthony —dije arrastrando las palabras con repudio, presionando el papel con fuerza.

Nada ni nadie podría contenerme esta vez.

Observaba por la ventana de aquel hospital la inhóspita ciudad desde el pasillo, a la altura del quinto piso

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Observaba por la ventana de aquel hospital la inhóspita ciudad desde el pasillo, a la altura del quinto piso. Las luces artificiales alumbraban la calle mientras ligeros copos de nieve caían comenzando a cubrir de blanco cada espacio visible.

Amor Silencioso |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora