Chapter 3 - Can't sleep.

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Andrés.
Desperté, después de estar casi toda la noche sin pegar ojo.
No hacía más que darle vuelta a la mañana anterior que compartí con Enzo. Me había dado cuenta de un detalle y era que había comenzado a verlo bastante atractivo, bastante para ser honesto. Ahora, aunque tratase de ocultarlo, llegaba a ponerme nervioso ciertas cosas que él decía o hacía. Mis mejillas se calentaban con facilidad y algo dentro de mí se sentía diferente.
Me había encontrado a mí mismo recordando el olor de su perfume, anhelando volverlo a respirar.
Mi corazón latía como un loco y cada vez me era más complicado controlar eso.
La imagen de mí mismo comiendo churros junto a Hugo, hizo que me ruborizara. De alguna manera mi mente malpensaba ese momento tan sin importancia, haciéndome enlazarlo con que estaba pasando por una mala racha y que cualquier cosa era malinterpretada en mi mente, incluso el cariño que yo le tenía a mi mejor amigo desde que lo conozco.
Eran las cinco de la mañana y no podía seguir durmiendo. Pese a que no sabía qué hacer para volver a conciliar el sueño, me puse en pie para volver a sentarme frente al ordenador, dispuesto a jugar a algo para pasar el tiempo.
Abrí Discord, por curiosidad más bien ya que no creí encontrar a nadie allí, sorprendiéndome de que Alan estuviese conectado. ¿Qué hacía él despierto a estas horas? Podría esperarlo de Hugo quién solía sufrir insomnio, ¿pero de Alan? Realmente eso era algo nuevo.
"¿Alan?" Le escribí comenzando una conversación con él.
"¿Tampoco tienes sueño, tío?" Me contestó de vuelta y continué tecleando para responderle.
"No, no he podido dormir apenas."
"Pues yo sin el apenas."
"¿Quieres que hagamos algo? Podríamos echar una partida a algo." Le dije con la esperanza de que aceptara. La verdad es que me apetecía mucho pasar un rato con Alan, hacía tiempo que no hacíamos cosas juntos el uno con el otro sin estar con los demás.
"Claro, pero tiene que ser hacer llamada. No quiero despertar a mis padres."
"Podemos entrar en la partida de Minecraft que tenemos con esta gente, que luego nos dicen que los tenemos abandonados por allí."
"Haha, eso es cierto. Venga tío, pues me parece bien."
Entramos y, con nuestros personajes, fuimos juntos a buscar algo entretenido que hacer. Cosas como ir en búsqueda de diamantes, conseguir alimento e ir a investigar lugares me parecían poco entretenidas en ese momento, me apetecía más hacer cosas como quemar una de las casas de mis amigos y esperar a que alguno de ellos se enterase en los próximos días.
"¿Y si quemamos las casas de Carlos y Enzo? Pienso que sería divertido"
"Mira que te gusta crear pelea, Axel..."
"Haha, bastante. Verás cuando se den cuenta." Le escribí mientras intentaba no reírme muy alto.
"Vamos a tener que ser buenos actores cuando estemos en llamada con ellos para que no descubran que hemos sido nosotros, aunque seguro que Enzo sospechará primero de ti, siempre estás liándola, tío. Ya todo el mundo te tiene calado."
"Verdad, qué desconfiado es chaval..."
"Te lo tienes bien merecido, jaja"
"Oye, que tú tampoco te quedas atrás, eh."
"Bueno, tienes razón, jaja. Somos malas personas."
"Haha, sí. Yo espero que no se carguen mi casa, que los veo muy capaces."
"Y tanto que lo son. Además sabes que Enzo es muy vengativo en los juegos."
"Cierto, tenemos que tener mucho cuidado con él..."
Seguimos jugando y charlando por un buen rato hasta que nos desconectamos e intentamos dormir un poco más para estar descansados.
Me desperté por los gritos de mi madre, quien me llamaba para almorzar. Al final había terminado durmiendo más de lo que quería. Me levanté de la cama y salí de mi habitación, adormilado.
Sentía un profundo cansancio en mi cuerpo a pesar de que había logrado dormir bastantes horas. Comenzaba a temer la reacción de mis padres al verlos cara a cara, algo me decía que volveríamos a discutir en cuestión de segundos. Esperaba que no fuese así.
Me senté en una de las sillas al lado de mi hermana y frente a mi padre.
— Buenos días. —dije a modo de saludo, dándome cuenta justo después de qué hora era.
— Querrás decir buenas tardes. —contestó serio mi padre.
Agaché la cabeza, tratando de no arruinar más el humor de mi padre.
— ¿Qué horas son estas de despertar?
— He tenido problemas para conciliar el sueño hasta altas horas en la madrugada. Conseguí dormirme como a las siete.
Mi padre se quedó callado, simplemente mirándome serio, cosa que agradecí infinitamente.
Justo después de que comiésemos, mi hermana pequeña me propuso jugar con ella un rato a la consola, acepté inmediatamente. Me gustaba hacer cosas con ella, siempre me apoyaba con mis movidas y trataba de darme consejos, aunque era menor, tenía la cabeza más amueblada que yo.
Pasaron unas cuantas de horas, muy agradables a decir verdad, hasta que mi móvil comenzó a sonar.
— Es Jaime... —Esther me miró en silencio, pausando el juego para que pudiera atender la llamada— Le dije que jugaríamos esta noche, por eso me estará llamando.
— Andrés, puedes ir a jugar con él ya si quieres. Podemos guardar partida y seguimos otro día.
— ¿No te importa de verdad?
Descolgué la llamada atendiendo a mi amigo y pude ver a mi hermana negar al mismo tiempo que me sonreía. Era la mejor.
— Tío, ¿jugamos ya o qué?
— Claro, ahora mismo voy a mi habitación y nos ponemos a ello —Comencé a moverme, agradeciendo a Esther con la cabeza, y me dirigí a mi ordenador para encenderlo.
— Vale, no tardes.
— ¿Quiénes más van a estar? —pregunté con la esperanza de que su nombre fuera pronunciado.
— Alan y Enzo.
Sin querer, una sonrisa se dibujó en mi rostro al mismo tiempo que me senté en mi silla.
— Está bien, tío. Ahora me uno a la llamada de Discord.
Colgué e inmediatamente pulsé para empezar una llamada colectiva.
— ¿Qué, empezamos?

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